Muy buena experiencia en ABASTOS - barra atlántica, que es el nuevo restaurante “pop up” de “The Table by”, en el Hotel Urso. Estarán en Madrid del 21 de mayo al 27 de junio. Se trata del equipo de Abastos 2.0, el exitoso restaurante de Santiago, que visita Madrid con una oferta basada en el producto, con una presentación informal pero cuidada, pensada en raciones para compartir.
El espacio está dividido en diferentes áreas. En el centro de la sala estará la cocina vista, donde se prepararán parte de los platos y que divide la sala en dos espacios, una zona con mesas comunales para probar los platos de A la carta (10 raciones diferentes a un precio fijo de 10 euros cada una), y por otro lado mesas donde degustar un menú degustación (a 40 euros). No ponen pan, sino unas galletitas saladas tipo crackers llamadas mariñeiras, tampoco café express, sólo café de pota y de postre únicamente tienen “Mazas 2.0”, gajos de manzana “Granny Smith” caramelizados.
Dos personas, optamos por pedir varias raciones en lugar del menú degustación, comimos:
- Navajas, presentadas sin concha, con un toque cítrico y brotes verdes. Hechas al vapor y levemente marinadas. Buen producto y bien tratado. Excelentes.
- Caballa en escabeche blanco, un lomo servido templado, con una textura firme y un sabor suave, extraordinaria. Si hubiera habido pan, hubiéramos acabado mojándolo en la salsa.
- Empanada improvisada de merluza. Encima de una especie de oblea de maíz parecida a una pizza o un torto asturiano, un trozo de lomo de merluza con arreglo de empanada (pimiento, cebolla, etc.). Sorprendente y muy rica.
- Pulpo con cachelos, acompañado de una ajada con pimentón. El pulpo normalito, lo mejor la patata gallega de la guarnición.
- Por último, el único plato de carne que tienen: Vaca vieja hecha estilo “roast beef”, acompañada de una salsa de mostaza y hojas de espinacas. Muy acertada la salsa y las hojas de espinaca de acompañamiento, que aportaban frescura y jugosidad a las lonchas de carne, que sola hubiera resultado un poco seca.
Terminamos con la manzana caramelizada, crujiente y nada empalagosa. Un broche dulce y fresco.
Los vinos, todos gallegos, son 2 blancos (ribeiro y albariño) y dos tintos (de garnacha y mencía). Pedimos el Ribeiro, llamado “Supeto”, de uva Treixadura y un poco de barrica, que embotellan especialmente para ellos. Un vino fragante y con carácter, ideal para acompañar este tipo de comida.
Con un estupendo café de pota y un par de medios gin tonics de Nordés, pusimos el broche a una magnifica cena. Pagamos por todo 90 euros, que nos parece muy buen precio para lo consumido. Servicio muy atento y pendiente, explicando los platos y sirviendo al tiempo. Salimos muy contentos y les prometimos volver a visitarles en Santiago. En definitiva, una experiencia que no hay que perderse pues merece mucho la pena.