Nos enteramos por el periódico que habían abierto una taberna nueva con cocina madrileña de sabores caseros y con productos de proximidad. Como nosotros somos muy de este rollo, reservamos y este sábado nos plantamos a cenar en ENERI.

Se trata de una antigua cafetería situada en la calle Tudescos, entre Gran Vía y la Plaza de la Luna, una zona inmejorable para poner un negocio de hostelería. Al local le han hecho una pedazo de reforma y la verdad es que está muy mono. Diáfano y luminoso, decorado en tonos claros con grandes fotos de monumentos de Madrid, dos comedores, uno en la planta superior y otro en el sótano, y una barra en la planta de calle para tapear en mesa alta.

Carta amplia que promete, recetas de taberna de toda la vida. Raciones y cazuelas para compartir: croquetas, albóndigas, gambas al ajillo, bacalao, etc. Recomiendan especialmente su cocido madrileño, en 3 vuelcos a 19,95 por barba.

La idea era tapear y probar varias cosas. Decepción: las cazuelas son grandes y no tienen medias raciones, circunstancia que limita bastante a la hora de elegir, porque siendo dos personas, como mucho se pueden pedir tres platos para compartir, que fue lo que hicimos, y pedimos:

Calamares rebozados al estilo madrileño, original presentación, las anillas vienen ensartadas en un palillo para brocheta, a su vez pinchado en medio limón. Nos recordaron mucho a los que ponen en los bocatas de la Plaza Mayor.

Arroz a la madrileña, que es un arroz hecho con el caldo y con las sobras del cocido. Nos resultó insípido, muy de menú del día. Mejorable.

Callos de bacalao al estilo de Madrid. Un plato con poca gracia, la salsa no estaba ligada con el bacalao, por lo que no daba la sensación que el bacalao estuviese hecho en la salsa de callos sino añadido posteriormente.

No tomamos postre. Buena bodega con muchas referencias de vinos de Madrid. Los vinos vienen bien de temperatura pues disponen de una vistosa cava acristalada. Pedimos un tinto de garnacha Senda de San Martín de Valdeiglesias, potente (15º) y goloso, muy rico.

Servicio un poco desbordado pues el sitio estaba a tope de gente. Pagamos 50 euros por todo y sobró comida. No es un sitio caro, pero la calidad de los platos y la cocina es muy mejorable. A lo mejor nos equivocamos al pedir, pero no nos terminó de convencer.