Con ilusión de conocer un lugar nuevo, me acerqué a este restaurante que en general, no defraudó mis expectativas. Un lugar bonito, moderno, agradable, junto a la tienda de siempre y con el gusto y bien hacer habitual de sus dueños. Amplitud entre mesas, sin mantel, algo frías en este sentido, no muy cómodas la verdad, al menos las pequeñas. Grata sorpresa al solicitar la carta de vinos, a precios razonables, amplia, con posibilidad de encontarr alguna joya y administrada por una buena sumiller, que ganó la nariz de oro y que sabe aconsejar y tratar el vino. Se ofrece un único menú de 50 euros, algo carete a mi entender, pero bueno , sin alardes , cuidando la presentación, más bien clásico, con buen producto, bien cocinado, rico. Comienza con un excelente foie y manzana, verduras asadas algo blandas y con mucho pure por debajo, magnífico arroz caldoso con cigala, lubina al horno aceptable y cordero asado en su punto y tiernito. Dos buenos postres , un browni con helado de avellana y una infusión de piña refrescante con helado de yogurth. Dos buenos postres que cierran un menú equilibrado, con buen gusto, capaz de satisfacer a la mayoría de comensales por 50 euros, siempre que los tengan claro.....