¡Te como, Bego!

He visto y experimentado en unos escasos meses el crecimiento del sótano del Mercado de Colón. Ahora se le suma una cervecería, contribuyendo en la diversidad de locales. La oferta es interesante, da gusto ver dieciséis grifos de cerveza y poder tomarlas con algunas tapas y bocadillos de autor. La colaboración de cociner@s de renombre en dichos bocadillos es una grandísima idea que da valor al negocio.

En una pantalla lucen las dieciséis cervezas numeradas, con su graduación y precio, las cuales, irán cambiando más o menos semanalmente. La carta de comida es una pizarra tipo Vileda, cosa que provoca algún que otro borrón por el que la toca sin querer.

Vi tomando a una persona vino y además en buena copa, por lo que corrijo lo comentado por Abreunvinito y aprovecho de paso para agradecerle que con su valoración detallada haya hecho que fuera con la información necesaria para saber por dónde empezar.

Lo tenía así claro de antemano. Mi lealtad y cariño a Begoña Rodrigo tenía que dar un paso adelante. Había que hincarle el diente. Así que me pedí los dos bocatas que tiene a su nombre.

Los bocadillos están hechos con la baguette de masa madre de Jesús Machí. La mitad de ésta, concretamente. Osea que no son grandes, por lo que a la hora de comer, dos mejor que uno. No debío ser este domingo el mejor día del pan de Machí, o simplemente, que su crujiente baguette quizá no haga falta tostarla. Hice la correspondiente observación al camarero con gran parecido a Alex de La Iglesia, al que precisamente pedí que me los maridara.

Una Belgoo Luppoo para el bocata de encurtidos y salazones, y una Averbode para el tradicional.

Cervezas de alta fermentación, con mayor cuerpo y gusto de la primera. El bocadillo frío de Bego tiene sin duda su marca. Mojama, taperas, yema de huevo confitada, cebolleta... Todo "trituradito" a excepción de la mojama. Y el segundo, con su revuelto de ajetes y pimientos asados con longaniza y salsa Hoisin, también es una buena combinación.

En la espera te sacan unas aceitunas tipo manzanilla con un toque leve de picante.

De postre tomé un helado de chocolate blanco con cerveza negra. Lo mejor su textura tan cremosa y casera. En cuanto al sabor, la cerveza anulaba el dulzor del chocolate blanco, pero tampoco aportaba nada del otro mundo, se quedaba en tierra de nadie.

La curiosidad por probar los bocadillos de los demás "artistas" es lo que seguro me hará volver a mi y a todo aquel que los conozca de una manera u otra.