Nuevo local en el bajo del mercado de Colon, un lugar que se está llenando de opciones interesantes. Entre ellas este local de bocatas de autor como se definen y que ofrece hasta 16 variedades de cerveza de presión, todas ellas de buenas y poco conocidas marcas algunas danesas que llegan hasta los 17ª de alcohol; no hay opción de vinos, sí de agua y refrescos.
El local, no muy grande, con mesas para dos, con decoración rústica y sillas diferentes con madera lisa tanto en las mesas como en la barra. Mesas y sillas estrechas, no muy cómodas. La opción de sentado en barra está también prevista ya que dispone de una larga barra con sillas altas. A pesar de entrar más de las 15.15 horas acabó entrando más gente después de mí que la que había cuando entré. Un poco lento el servicio para el poco agobio de gente que había en sala.
La carta la integran cosas de picar tales como cucuruchos de patatas fritas, queso Chimay, jamón ibérico, patatas bravas, banderillas y poco más. Por supuesto los bocatas
Lo fundamental del local son los bocadillos creaciones de Begoña Rodrigo de La Salita, Carito Lourenço y Germán Carrizo de Tändem Gastronómico, Jordi Ferrer de Freecook, Kiko Moya de L'Escaleta, Steve Anderson de Ma khin y Vicente Patiño de Saiti. La mayoría de ellos bocadillos elaborados con el pan de Jesús Machí.
Pus ya que el trabajo no me permite almuerzos, la única forma de probarlo es ir a comer. Unas aceitunas por cortesía de la casa mientras ves la lista de opciones en una pizarra que facilitará los cambios de bocadillos futuros y una pantalla con las 16 opciones de cerveza que irán cambiando a lo largo del tiempo por otras manteniendo pues una carta activa. Es de esperar que también añadan opción de postre y de café que las premuras de la apertura de ayer aún han dejado en el tintero según me confiesa el chico que atiende la sala y que parece tener rasgos familiares con quien hace de encargado de la misma.
De primero bocadillo de Begoña: encurtidos y salazones compuesto de pan de pueblo, yema encurtida, pesto de berenjena ahumada, tartar de bonito, polvo de maruca y cebolleta. El pan muy crujiente, bien cocido y con corteza que cruje al morder; un buen conjunto que dota al bocadillo de frescura y que recuerda (de lejos) a uno de los platos del menú reciente de La Salita.
De segundo buscando algo más contundente de Vicente Patiño: bocata de mollete de pringá de puchero, mahonesa de pimentón y ajo a la brasa. Un pan redondo tipo de hamburguesa, menos crujiente, más pan de leche, con un mollete que llena el pan, bueno de sabor, aunque me hubiera gustado más intenso; al menos es lo que buscaba.
Me quedé con ganas del bocata de molleja pero no estaba aún en carta. Como además iba sólo no pude compartir y probar más opciones a riesgo de exageración. Parece una buena oportunidad compartir cada bocata entre dos y probar las máximas opciones posibles.
Para beber como no puede ser de otra forma, 2 cervezas: poderosa Chimay de inicio y para la pringá, una más intensa, de solo 15º, Marina Devil´s Ipa, servidas de presión y en dosis de media pinta (unos 30 cl) con la intención de ir cambiando de cerveza a poco que tengas curiosidad por ese mundo. Además y en botellines en la barra hay hasta decir basta, de diferentes cervezas de muchos países y clases y precios.
No tiene ni tarjetas, ni teléfono... pero mucha voluntad de agradar y poco tiempo de rodaje. En fallas a reventar.
Lo bueno es que son bocatas con firma, como casi todo por la zona Jorge Juan incluido el mercado; cada vez con cosas más interesantes, pero que no acaba de enganchar con el público (salvo momentos como fallas, algunos eventos puntuales, etc).
Más datos en: http://ocio.levante-emv.com/gastronomia/noticias/nws-378919-un-almuerzo-alta-cocina.html