Bonito local junto al puerto de Moraira donde los hermanos Moll ofrecen una cocina moderna pero con un excelente tratamiento de la materia prima. Muy originales las patatas con trufas y excelente la pechuga de faisán, en los postres destacar sus magníficos crepes de pera y toffe. El servicio del vino cuidado, con copas razonables -detalle a mejorar-, y vino servido a la temperatura adecuada. La carta no es muy extensa pero tiene una interesante selección y además, fuera de carta Joan siempre logra sorprender a sus clientes con alguna propuesta irresistible. Comimos con el Reserva Barrica de Agustí Torelló. PVP con vino 110€, excelente RCP.
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