Comienzo mi andadura en Verena trasladando mis últimas experiencias en el barrio de moda, el de las bicis, las barbas y los tatuajes, así es, Ruzafa. Mi última visita ha sido a The Black Turtle, restaurante especializado en hamburguesas con un aspecto industrial, como de fábrica abandonada, la decoración llama mucho la atención, desde fuera incluso. Su carta como es evidente se centra en las hamburguesas como no, pero en su carta también vi que tenían pizzas y hot-dogs.
Comenzamos con croquetas caseras, un acierto, reconocimos que no son de caja y que eran realmente caseras (últimamente ese adjetivo se utiliza a la ligera). Mi hamburguesa elegida fue la ‘Paradise’ una mezcla muy interesante que combinaba la ternera con frutas como mango, fresas y salsa bourbon, una muy buena combinación que jamás hubiera elegido a no ser por la recomendación del camarero que nos atendió, un chico joven muy atento que nos guio por la carta y nos hizo alguna que otra recomendación que nos sirvió de mucho. Mi novio se pidió una ‘Albergina’, muy buena y original también, y eso que a mí la berenjena no es que me chifle. La verdad es que nos sorprendieron mucho las mezclas y sabores de las hamburguesas ¡y sus tamaños! Hemos probado otras hamburgueserías de la zona y la verdad es que o las raciones son pobres, o las puedo imitar yo en mi casa comprando las hamburguesas en el Mercado Central, vamos que no son nada especiales... La carne de la hamburguesa estaba hecha a base de ternera, se notaba que era de buena calidad, sin mezclas con cerdo que dejan un sabor a ‘salchicha’ que desmerece a muchas hamburguesas que he probado en Valencia. Las patatas que acompañaban a la hamburguesa eran patatas naturales fritas en rodajas finas, muy ricas, y se agradece que no sean congeladas.
Para acompañar, un vino valenciano llamado ‘Bou’, no lo había probado nunca pero nos gustó mucho y encajaba bien con la hamburguesa. Hay que ir probando cosas de la ‘terreta’…
Para rematar la visita una galleta de chocolate que hornean allí, tardan unos 10 minutos en servirla, pero a los que nos gusta el chocolate, eso lo olvidamos muy rápido. Eso es un vicio, el camarero nos contó que había gente que las encargaba para tomársela de postre en casa, vamos que ¡no soy la única golosa en Valencia! Muy buen postre, espectacular para terminar la velada.
Lo mejor, la cuenta. Salimos a 14€ cada uno. Las hamburguesas son enormes, los entrantes para compartir mínimo con dos personas, el postres es para dos. Me gustó comprobar que no es un lugar dirigido a clavártela en la cuenta. Me parece abusivo que para comer una buena hamburguesa gourmet tengas que dejarte un riñón. Volveré y lo recomendaré seguro. Ahora, a seguir con mi ruta en Ruzafa.
Datos visita:
Sábado Noche- 17 de enero.