Uno de los varios locales pared con pared que tiene la zona de abastos y que funcionan básicamente por tapas y menús del día. También tiene carta con guiños argentinos, lo que me hace decidirme por este local para comer solo y en la terraza (en realidad en medio de la acera y casi cayendo a los coches aparcados).

Opciones del menú para primeros: ensalada de queso de cabra y cebollacaramelizada, musaka y alguna cosa más aparte de lo elegido: rissotto de ajos y setas.
Servido en cazuela de barro individual, ración superabundante, con mucha presencia de cebolla cruda y ajos tiernos con poco tiempo de cocción, bien de setas. Un poco de sofrito previo hubiera dado más fondo a ese arroz y quitado presencia al exceso de cebolla y ajos tiernos. El resultado final está más en arroz caldoso aceptable.

De segundos: cazuela de calamar, pollo horneado a la naranja.. Me decido, viendo argentino de fondo, por ternera a la piedra. Tres trozos de costilla de ternera cortada de través (como en Argentina) sobre plancha de hierro fundido. Buena carne, bien de punto. Compañía de patatas fritas caseras bien hechas poco aceitosas.

Varios postres: flan de queso, de café, tarta de chocolate, fruta.. Me quedé con la tarta de hojaldre, con frutas y crema pastelera. Buena de sabor, demasiado fría (conservación en nevera pasada de frío), ración media.

Para beber una copa de tinto Vega Libre de Requena servido al inicio también muy frío pero se atemperó rápido. Ración de pan y unas aceitunas por cortesía. Si eliges postre no hay café incluido en el menú.

Dispone además de un medio menú a 6.90€. Servicio joven, amable y eficiente en la terraza que estaba bastante llena.