La frontera en ribera de Duero

Tendré que volver otro día cuando la ocasión se presente a comer formalmente ya que en esta ocasión fuimos a conocerlo ya que la misma Abadia merece la visita.
Eran las 13 horas y lo que hicimos fue un pica pica tipo almuerzo consistente en:

Nos agasajaron con un cuenquito de Aceitunas muy gordas y de muy buena calidad y una crema de tomate muy compacto y con muchísimo sabor para untar en unas tostadas muy finas.

Tabla de quesos artesanos donde había tres tipos distintos uno de Cantabria otro castellano y el último de la zona de Cádiz con nueces y dulce de membrillo.

Foie mi cuit con láminas de pan crujiente y una especie de mermelada de arándanos.

Croquetas de cocido.

Lo regamos con un par de copas cada uno de pago de negralada que estaba espectacular aunque nada barato para ser su propio vino.

Las copas son ríedel y la temperatura del vino perfecta
Todo estaba rico pero creo que un pelín subido de precio y la relación calidad precio se podría mejorar.

Aún así recomendable dejarse caer por el simple hecho de ver la Abadía-monasterio del siglo XII y picotear de forma casual