Restaurante El Ronquillo en Ramales de la Victoria
Restaurante El Ronquillo
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:

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Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
30 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.0
Comida COMIDA
7.3
Precio medio entorno ENTORNO
6.2
RCP CALIDAD-PRECIO
7.3
Opiniones de El Ronquillo
OPINIONES
5

Así es este establecimiento. Es una pasada lo que ha evolucionado, en todos los sentidos, este sitio. Aun recordamos nuestra primera visita, para no volver, y como una detrás de otra nos ha ido encandilando. Esta última, espectacular.

Nueva carta, menos extensa y muy centrada en el producto de temporada. Sobre todo en el tema del pescado.

Con nuestra reserva realizada Mila y un servidor encaminados la carrretera hacia Ramales. Llegamos puntuales y el establecimiento lleno. Que bueno es ver esto en un restaurante al llegar.

Ojeamos la carta, escuchamos lo que hay fuera de la misma y decidimos darnos un meta homenaje!

De aperitivo, nos dan un salmorejo con aceituna negra, croqueta casera y un crujiente de morcilla con folie. De diez!

Ya metidos en faena, compartimos lo siguiente:

- Ensalada de tomate con ventresca. La ventresca, de verdad. El tomate con sabor a tomate.... no se le puede pedir nada más!

- Risottocon con dos variedades de seta y parmesano. Probablemente, el mejor risotto que hayamos comido nunca!

De segundos nos pedimos lo siguiente:

- Mila, maganos a la plancha. Una docena. Una pasada. Después de probarlos ambos, llegamos a la conclusión de que eran los que mejor preparados habíamos probado! De diez!

- Por mi parte jabalí en láminas. Estaba realmente bueno el invento con el jabalí, la zanahoria, la patata, etc. Muy muy bueno.

Tenía ganas de implosionar porque me atreví con el postre. Una tarta de queso de construida, muy pesada. Ya la había probado pero no me acordaba de ella. No entra en mi podíamos!

Dos cafés, soberbios, y unos perito fours bien buenos culminaron la comida!

Como para no volver!!

.... Del disfrute! Cuarta visita, cada vez mejor.

Esta vez reservamos casi sobre la marcha y nos toco lo que tanto Mila como yo odiamos, la puta mesa de centro. aun así, hemos disfrutado y mucho!!

Ojeamos la carta y esperamos a que nos canten que hay fuera de carta. Hay platos nuevos en la carta y vamos a dar buena cuenta de uno de ellos! La verdad es que estuvimos dudando sobre nuestros segundos un buen rato, pero es que todo pinta buenísimo!

Una vez nos dicen que tenemos fuera de carta decidimos comer lo siguiente!

- Ravioli rellenos de anchoa, tomate y queso. Media ración para cada una, tres buenos raviolis. Espectacular el sabor, bueno es quedarse corto. Los prepara el cocinero totalmente.

-"Salmonete" gigante; lo sirven en dos etapas. Primero una sopa con la base del "Salmonete"... Que sabor!! Luego un pedacito de historia junto a un espárrago de otra galaxia, excesivamente salado, que solamente engrandecía aún más el plato!.

Ahora los segundos, que nos llevó un buen rato decidirnos entre media ijada de bonito, la carne u otros pescados varios.

- Mila decidió darse un homenaje gracias a un solomillo espectacular. Con unas patatas y unos pimientos acordes al nivel del solomillo. Espectacular.

- Por mi parte, me apeteció probar el bonito encebollado. Perfecto de cocción, buen sabor y generosa ración. Recomendable!

A los postres no nos daba el estomago. Como aperitivo nos sirvieron un gazpacho de aceituna negra, crujiente de anchoa, mini croqueta y morcilla que te quita los pensamientos y solo te deja disfrutarla!

Estábamos con la moto, así que acompañamos la comida con agua y coca cola.

El pan, el de pasas es una pasada lo bueno que está! Lo hacen ellos.

Dos cafés culminaron la comida. Lleno absoluto en el establecimiento. Volveremos!!

.... Resucitó!

La verdad, no sé si será porque acertamos de pleno pidiendo o que ha ocurrido, pero esta vez hemos comido realmente muy bien en este establecimiento!

Llegamos, mesas comiendo en la zona de la barra, el comedor interior lleno. De nuestras dos veces anteriores, nunca había tanta gente.

Nos acomodamos Mila y un servidor, ojeamos la carta. Nos percatamos de que faltan cosas en la carta, las croquetas, rabas, etc. pero luego vimos cómo se servían en una de las mesas así que siguen teniéndolas.

Se acerca la hermana del cocinero y nos comenta las cosillas que tienen y lo que no tienen. La verdad, faltaban bastantes cosillas pero bueno, eso puede ser porque te han dado un repaso de aúpa o bien porque con el tiempo que hacía no se esperaba tanto meneo.

Como aperitivo nos ofrecen una sopa castellana, una minicroqueta y un bocadito de morcilla. Muy rico todo.

Compartimos lo siguiente

- Menestra. Alcachofas a la vista, el resto de las verduras camufladas entre helados y cremas.

- Salteado de boletus. No les quedaban demasiados, por lo que añadieron lengua de vaca y otra será. No se distinguir cuál es cuál, pero estaba realmente bueno.

La noche anterior habíamos optado por pescado, yo había comido pescado, así que nos íbamos a decantar por carne. En principio me sonaba de maravilla lo del jabalí guisado, pero recordé que una de mis peores digestiones fue precisamente con un guiso de jabalí; por tanto me decanté por lomos de jabalí. Espectacular. Mila por su parte, carrillera con puré de patata. Flipas lo bueno que estaba.

Tenía algo de vicio, un poco de queso nada más Mila decirme que había. De las Garmillas, de cabrales, parmesano, un francés y otros dos que no recuerdo pero eran buenos. Buena ración. Me encanto que no estuviera acompañado de frutos secos o membrillo...

Comimos con agua y coca cola.

El pan, como siempre. Muy bueno. Para el queso sacaron un cesto nuevo.

Dos cafés con unos excelentes petit fours cerraron la comida.

Ahora sí que sí, volveremos otra vez seguro!

El total. Creo que poco más de 80€.

..Que no hay dos sin tres. En nuestro caso, hubo una segunda pero no habrá una tercera. ¿Comimos mal? Para nada, pero algo le falta al sitio!

LLegamos puntuales, como siempre. Nos llama la atención la ocupación, solo tres mesas. Sé que este sitio trabaja muy bien, por eso nos ha llamado la atención eso; además, fuimos los primeros en entrar y eran casi las 14:00.

Recepción perfecta. Esta vez, una mesa esquinada, redonda y amplia. Hacemos el chiste de la mesa central, que también entran cuatro comensales!

Nos cantan los platos que hay fuera de carta. Decidimos cojer todo para compartir, que vamos con dos fieras pequeñas:

- Surtido de croquetas. Servidas de forma peculiar en un cucurucho como si de churros se tratasen. Diminutas, variadas y buenas. Nada que objetar.

- Rabas. Sin comentarios, flojas flojas.

- Pulpo. Solicitamos sí podría traer la patata aparte. Hicieron una especie de pure de patata con mantequilla que estaba realmente bueno. El pulpo bien de punto.

- Vieiras. Tres vieiras normalitas normalitas. Refrescante a la boca la historía que acompañaba de placton (no tengo muy buena memoria); vamos, sin pena ni gloria.

- Mollejas a la brasa. Sabrosas, con sabor marcado a brasa y acompañado de una crema muy rica. Nada mal la verdad.

Como aperitivo, un salmorejo acompañado de una croqueta con una base de foie. El salmorejo estaba bastante bueno!

De postre, nos llamo la atención la tarta de queso con chocolate blanco y helado. Resultaba que el helado era el queso y lo acompañaba un bizcocho como desmigado con chocolate blanco. Primer bocado gratificante, después muy pesado de terminar que en mi caso no fue posible.

Las pequeñas unos helados.

Debo remarcar el tema del pan. De las mejores panes que he comido en un restaurante. Especial mención al de maíz y al de pasas con nueces.

Para beber... la carta en este aspecto sigue floja. 3 cavas (Juve Camps y otros dos que no mire) y una referencia de Champagne.... Pedí Juve Camps y no quedaba. Pedí la de Champagne y me dijeron que tenían un cava muy rico fuera de carta. Nos lo trajeron, copas de Freixenet y por favor, no me pregunteis por el cava. Lo bebimos por el calor que acompañaba al dia, ni más ni menos.

Finiquitamos la comida con dos cafes.

¿Total? 104€. Me parecio excesivamente barato para la cantidad de comida que nos metimos por el pecho.

Lo dicho, comimos mucho mejor que la primera vez, pero no habrá una tercera.

Un glorioso domingo, ¿qué hacer en Cantabria con un dia lluvioso? Tenía pensado ir a la zona de Cabezón de la Sal pero con este tiempo no apetecia nada de nada. .

Hablando, se ilumina mí mente. " Me han hablado excepcionalmente bien de un sitio en Ramales". Llamamos y reservamos, a ver que nos encontramos.

Llegada puntuales, como debe ser. La entrada es por el bar de toda la vida, el comedor luce bien a primera vista. Mantelería, copas y cubiertos correctos.

Nos indican la mesa. En el centro del comedor. Debería estar prohibida. Tanto mí compañera como un servidor odiamos dicha ubicación porqué no dejas de ser el centro de atención y además, a mí modo de ver, estorbas al servicio por estar eso, "en medio".

Ojeamos la carta, nos cantan lo que podemos encontrar fuera de ella y demás hierbas. Cocina tradicional, que si está todo bien preparado va a estar todo fiero. Ojeamos y decidimos...

Comentamos con la persona que nos atendió que apetecía:

- Risotto de hongos para compartir.
- Un segundo cada uno.

Nos hace la apreciación de que con el risotto cogiesemos algo para compartir y así de paso no debiamos esperar 20 minutos mirando a las musarañas. Nos parece bien y cambiamos los segundos por:

- Foie
- Salteado de hongos y setas.

Nos traen una bandeja con diferentes tipos de pan. De todos ellos, el mejor uno "de pueblo" como se llama al rústico que sí me apuras es lo que más me gustó de la comida.

Traen la bandeja con dos pedazos de foie, de huntar, y diferentes mermeladas para aderezarlo. Ni fu ni fa la verdad, casi que lo mejor del plato era una mermelada de chocolate. Va acompañado de pan tostado suficiente para acabar la ración.

Aparece el "risotto". Cuándo lo ví flotando... pensé en pedir la cuenta y largarme. Más bien era un arroz caldoso que sabía poco o nada a lo que debía saber.

Después de esto yo pensaba que se habrían olvidado del salteado de hongos y setas. Tardo en llegar, pero llegaron. Nada del otro mundo.

No pedimos ni postre. Dos cafes y la cuenta.

Comimos con agua, no por ser domingo. Porque de lo que nos gusta, que son las burbujas, solo habia una botella y sinceramente no me da la gana que no haya variedad para esocger.

Lo que más me jode de todo esto, es que quién me había hablado de este sitio sé como es y lo que le gusta tragar. Quiero pensar que me equivoque de cabo a rabo eligiendo lo que ibamos a comer pero a mí, será difícil que me vuelvan a ver el pelo salvo pasando con la moto para subir hacia Alisas.

Estaba completo.

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