Teniamos ganas de salirnos del pescado fresco y aquí parecia que habia unos guiños de autor.
El restaurante esta en una urbanizacion cerca de Los Llanos de Aridane ( me encanta el nombre de este pueblo) y es un chalet bien puesto con una pequeña terraza que es donde estabamos todos los comensales . La cocina esta medio a la vista pero lo peor es que tambien los olores salen a la terraza.
El camarero que atiende es “seco” no… lo siguiente. Maneras rudas y descuido total en la vestimenta. Una camisa negra empapada en sudor que no pienso que sea una buena carta de presentacion…Habia tambien una mujer joven pero en nuestro caso no se acerco a la mesa.
La carta es cortita y me sorprendio que nos ofrecieran fuera de carta algo que habia leido en criticas de hace mas de un año y que debe ser su especialidad : los tagliatelle de calamar.
Pedimos:
*Tagliatelle de calamar. Decepcion total. Salados a tope y sin ninguna gracias
*Ensalada de salmon y mango. Estaba buena. Buen salmon y acertada salsa sobre una base de lechugas corrientes
* Abadejo para dos personas: 2 trozos de pescado aceptables sin mas con un pisto de acompañamiento que solo sabia a pimenton. Nueva decepcion
Para beber le pedimos al “parco” camarero la carta de vinos y al primer intento: Vega Norte fermentado en barrica, nos dice que no hay. El segundo intento: Matias y Torres albillo… que tampoco. Al final el Vega Norte albillo otra vez …
Terminamos con un café y un Jaggermaister que el avezado y simpatico camarero en un atisbo de alto humor ingles presento como : una copa de caballero cazador… vamos que nos partimos de risa con la ocurrencia…
La cuenta 63,95 €.
Para nosotros decepcion total.