Alguno seguro que me habrá oído decir que Raúl Aleixandre no me cae especialmente bien. Me reafirmo.
Recuerdo con mucha claridad la imagen de Raúl clavando su mirada en las mesas empapándose de las sensaciones de los comensales. Eran tiempos de Ca Sento. No olvido que esa escena me llegaba a incomodar. Su discreción no era su punto fuerte, pero tenia talento y eso es incuestionable.
Hacia tiempo que me estaba planteando volver a visitarlo. Las criticas de foreros de confianza me empujaban a decidirme. Allí vamos, dicho y hecho, pensat i fet.
Hacia un día gris. Tuve que tirar de Maps Google para ubicar el restaurante porque de otra manera puede significar que te cueste encontrarlo. Sin problemas para aparcar, a escasos 20 metros del local. Me llama la atención la luminosidad, la pulcritud, la funcionalidad. Todos los elementos a mano para responder rápidamente. Nos dan a escoger mesa. Todo en orden, muy buena organización, bastante coordinación entre el personal de servicio. La verdad es que trabajan bien. Ya sentados en nuestra mesa se respira buen ambiente, se siente uno muy cómodo. Veo a Raúl por la sala. Le veo mejor físicamente.
Mientras miramos la carta una manzanilla San León de Bodegas Argüeso nos acompaña. El menú diario hace muy buena pinta y tiene buen precio pero optamos por comer a la carta. Como no, miramos con mucha atención la carta de vinos. Me gusta, clara, ordenada y bien surtida de referencias. Valoremos un maridaje pero nos decidimos finalmente por un vino para acompañar toda la comida, dejando abierta la posibilidad de un segundo. Pero nos dosificamos bien y como hubo buen ritmo de platos, con un único vino llegamos hasta el final, amén de unas "delicatessen" para concluir la comida. Sin haber empezado ya tenemos claro que en la siguiente visita (si procede) vamos a sugerir al sumiller que nos maride a su antojo los platos y así ver que nivel alcanza el servicio del vino.
Siempre es de agradecer ver panes en diferentes "formatos" sobre la mesa. Si le añadimos un buen AOVE Los Aljibes (Arbequina-Picual) y una buena mantequilla uno empieza a lo grande.
A lio...
Comida:
- Anchoa en salazon con queso fresco y mousse de aguacate
Dos deliciosos lomos de anchoa. Extraordinario producto sin mas acompañante que lo arriba mencionado. Muy refrescante y sobretodo buena conexión con el resto de ingredientes. Un plato sin complicaciones pero que provoca que asientas y sonrías.
- Coca con tomate, burrata, albahaca y piñones
Cuatro porciones de coca con un manto caliente de queso fresco y cremoso. Tampoco existe mucha complejidad en el plato pero cumple las expectativas. Me pareció sabroso.
- Cigala en costra de sal
Cuatro piezas de gran tamaño. Soberbias, puro mar, fresquísimas a rabiar. No soy de marisco pero me quito el sombrero ante esta delicia. Materia prima de primer nivel.
- Sepionets con vinagreta de piñones
Estéticamente bello. Un plato donde todo armoniza. Aquí también prima la gran calidad del producto, una buena ejecución y un mínimo aderezo. Platazo.
- Arroz plancha
Desde un primer instante que nos sentamos queríamos probar esta obra de arte de Raúl. Un plato de 11, sin arista alguna. El arroz perfecto, de los mejores que he tomado. Me ha emocionado mucho, hasta tal punto de subir la nota de notable a sobresaliente. Este plato desequilibra la balanza.
- Mousse de chocolate con mandarina y miel
Me gusta finalizar con chocolate y este postre hizo mis delicias. Me encanta esa combinación con las frutas ácidas y semiácidas.
Vino:
- Manzanilla San León
- Algueira Escalada 2011
- Georg Breuer Rheingau Riesling Auslese 2009
- Maximin Grünhauser Auslese Abtsberg 2006
Muy buen tratamiento del vino. Detalle de pillo del sumiller al dejarnos la botella en la mesa para que manejáramos nosotros los tiempos y la temperatura. Nos gustan ciertos protocolos y él al instante se apercibió.
Un par de bombones, sendos cafés y la cuenta.
Hemos comido de lujo. Una cocina sin fisuras en un bonito entorno. El personal de sala muy profesional. Estuvieron en todo momento pendientes y tuvieron varios detalles para con nosotros que me sorprendieron, especialmente del sumiller. Menudo crack!!! Una selección de vinos de buen nivel. El bueno de Raúl controlando en todo momento la sala pero con mayor discreción. Intercambiamos un par de palabras en relación al tiempo. Fríos pero cordiales. Al fin y al cabo lo que me importa es que sea un gran director de orquesta, que me caiga mejor o peor es lo de menos. Me pongo en su pellejo, yo pienso lo mismo en mi ámbito laboral, mientras me consideren un buen profesional me importa bien poco como pueda caer.
Prometí ser objetivo y creo que lo he cumplido...