Un enorme local que combina la elegancia de Paris con el clasicismo del Jazz. La decoración tan señorial como demodé.
El servicio resultó muy lento a lo que debió contribuir ser un grupo amplio y lo que ésto significa de cambio de trato en general por el servicio de muchos locales aunque de forma injustificada por lo que se paga por estas cenas.
Para beber AquaVittel y Perrier y vinos Marquise Tours en blanco y Versant de pinot noir, ninguno destacable aunque el tinto se deja beber bien hasta el punto que incluso faltó aunque sobraba del blanco ¿?. ¿Servicioo? Lo justito: rellenar copas tras, muchas veces, varias peticiones ante copas vacias. Buenas copas al menos.
Para cenar:
. foie gras de pato con chutney de frutos con su brioche: presentación muy básica (todo al plato uno al lado de otro) con un brioche algo pasado de cocción en la base, pero estab muy bueno de sabor todo.
. suprema de ave de Vendée con risottto Vialone nano, cremoso de calabaza y aprmesano. mal plato. El ave seca por el tiempo de cocción y el retraso de servicio y el risotto peor aún de punto.
. tarta de limón con merengue y su crumble. Muy bueno. servido en un cuenco de cristal y por capas. Salvó la cena, o nos salvó el habernos levantado de la mesa de la comida pasadas las 18 horas.
No hubo café pese a estar anunciado en la carta contratada.
Supongo que cambiarán mucho si no vas en grupo porque de lo contrario habrían cerrado hace años.
Esperaba más.
Saludos
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