Pequeño y coqueto espacio de diseño moderno y funcional predominando en su decoración los colores rojos corporativos que el gigante ibérico salmantino ha abierto en pleno Barrio de Salamanca, cerca del Palacio de los Deportes. Como hace buen tiempo a mediodía sin excesivo calor nos sentamos en la terraza que hay en plena calle, típica terraza urbana con todos sus inconvenientes de coches, ruidos y gentío, pero lo menos es cómoda. A cargo de este espacio está Jorge Dávila, uno de los mejores jefes de sala que hay en Madrid y que dirige con éxito la del restaurante Albora, también propiedad de Joselito.

La carta de raciones que se ofrece es previsible pero muy completa y se basa obviamente en los cortes ibéricos de la casa destacando el jamón bellota gran reserva (año 2009) a 20€ la ración y la trilogía de montaneras (29€) que finalmente pedimos. Esta última se compone de 2006, 2007 y 2009 y viene presentada en una bandeja triple. Producto que no requiere presentación, perfectamente cortado. También ofrecen la caña de lomo y el salchichón y por supuesto nuestro preferido, el chorizo bellota (8,5€). El jamón es muy bueno pero los hay de similar nivel, el chorizo…no tiene rival. Igualmente ofrecen montados y bocadillos para llevar con muy buen pan y en dos medidas, creo recordar que 20 y 30 cm. Y medias raciones en todos los cortes.

Igualmente hay platos preparados basados en la carne de su majestad de la dehesa, destacando las espectaculares empanadillas de cerdo ibérico con queso fundido (12€), muy sabrosas y contundentes, perfectamente fritas, resultan adictivas o la hamburguesa de cerdo ibérico (8,5€), que resulta jugosa y destacando de nuevo su marcado sabor. También vimos que se pedían mucho las sartenes de huevos con jamón, para otra ocasión caerán. Igualmente ofrecen un par de postres, pero esta vez no pedimos. Lo cierto es que todo está muy bueno y a la altura esperada, al fin y al cabo uno sabe a lo que viene aquí.

En cuanto a la bebida comenzamos con un par de dobles de Mahou pero en cuanto apareció en jamón cambiamos al Fino Tío Pepe (3,5€ copa), que por lo menos ponían en copas de vino normales y no catavinos, aquí se nota la mano de Jorge. La otra opción era Solear, no estaría mal que se potenciara un poco este aspecto, pues los productos de Joselito piden Jerez a gritos. Disponen también de otras opciones en blancos y tintos por copas, pero no cambiamos. Servicio correcto, sin destacar en ningún sentido pero sin cometer fallos.

Así pues, estamos ante un local novedoso que al fin y al cabo vende la imagen de una marca conocida por todos y que se asocia a una gran calidad de género ibérico y que tienen todas las papeletas para triunfar dado su carácter multidisciplinar, bien para picar algo de pie o sentado o simplemente para comprar chacinas y bocadillos. Hay veces que apetece darse un buen homenaje gorrino y este es un lugar adecuado para ello. Y si amplían la oferta de generosos, ya no hay excusa…