Restaurante Dukiena en Aramaio
Restaurante Dukiena
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
40,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
40 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.0
Comida COMIDA
5.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Dukiena
OPINIONES
1

Se trataba de parar a comer algo de camino a la "Experiencia Verema" de Donosti, pero cuando la compañía es propensa a los excesos a veces acaba uno donde menos se lo espera. Salimos de Vitoria al acabar la jornada laboral, a eso de las 14:30h, y en vez de coger la autopista, que era lo que dictaba el sentido común, nos animamos y ponemos rumbo a la localidad de Aramaio, donde uno de mis compañeros conoce un local con buena carta de vinos. La idea es comer un menú del día para no entretenernos mucho y salir raudos hacia la feria. Por el camino llamamos, pero el restaurante está cerrado, así que sin tiempo que perder nos vemos obligados a buscar otra alternativa por la zona. El plan “B” al final resulta ser este local, ubicado en una minúscula aldea emplazada en medio de un circo de impresionantes montañas y que alguien en su día, con buen criterio, definió como la Suiza vasca.

Llegamos al caserío donde se ubica el Dukiena a eso de las tres de la tarde, encontrándonos tan sólo algún parroquiano tomando café en la barra y el comedor completamente vació, lo cual para ser lunes y estando en tan recóndita zona no tiene nada de extraño. La estancia, de estilo rústico, está pintada en tonos salmón, los mismos que lucen manteles y servilletas, que si alguna vez estuvieron de moda fue ya hace mucho tiempo. Nos atiende una señora, que parece ser la dueña del establecimiento, y nos dice que cuentan con un menú, pero que por si acaso nos deja la carta para que le echemos un vistazo. Con la excusa de que algo de vino quedará todavía cuando lleguemos a Donosti nos lanzamos a por la segunda opción.

Cada uno de los tres elegimos un entrante para compartir, que resultan ser los siguientes:

- Puerros en vinagreta: aderezados con ajitos picados muy finos y un chorrito de aceite, tenían un sabor un tanto raro, que no supimos a qué se debía. No lo acabamos.

- Bacalao ahumado con pimientos del piquillos: generosa y agradable ración que despachamos en un pis-pas.

- Croquetas variadas: si mal no recuerdo, de jamón, de hongos y de txipirones. Correctas.

Para acompañar estos platos se eligió de su reducidísima carta, a petición de uno de los presentes, un txakolí, concretamente un Txomin Etxaniz 2013, servido en buenas copas y que no necesitó cubitera dada la gélida temperatura a la que fue servido y la sed de alguno de los compañeros de mesa.

De segundo pedimos para compartir una chuleta de vaca a la parrilla, pieza de buen tamaño y grosor que nos sirven ya fileteada sobre una fuente de barro caliente. Sin ser una carne notable (superaba con creces el aprobado), fue lo mejor de la comida junto con la botella de Viña Tondonia Reserva 2001 que pedimos para acompañarla.

De postres optamos por un plato de repostería variada, en la que había diferentes tipos de tartas, todas ellas con pinta de ser de pastelería.

Con unos cafés, y en el caso de alguno con un destilado, dimos por terminada la comida y reemprendimos rumbo hacia la capital guipuzcoana, donde llegamos pasadas las 6 de la tarde y encontramos todavía vino suficiente como para que la visita al evento mereciera la pena.

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