Hacía más de veinte años que no me levantaba de un restaurante sin comer. Bueno, ya han puesto el contador a 0.
Comida familiar, a las 14:30 entramos y aunque reservamos no tienen la mesa preparada. Tras 10 minutos de espera nos traen las cartas, aprovechamos para pedir la bebida, de momento refrescos y cerveza. Primera decepción, diez minutos después nos dicen que de las tres colas solo tienen una (...) Son las 14:50 y no hay más de 30 comensales, por cierto, excepto una mesa, el resto sólo con la bebida o ni eso. Insistimos en las colas, van a otro restaurante y nos las traen, no habría sido mejor traerlas directamente??? Pedimos los menús de los niños y los entrantes y el arroz de los adultos. Una hora después y tras sacar dos platitos de jamón correoso y queso (brie) más unas papas decidimos pedir la cuenta y anular el resto del pedido.
Nota: ninguna de las mesas, excepto una que termino de comer, recibió su comida mientras estuvimos sentados. Otra mesa, también numerosa, abandonó el local sin comer.

Local de decoración moderna con buena separación de mesas, copas y platos correctos, personal amable.
Carta de vinos suficiente y sencilla con predominio de valencianos y precios normales.
Carta de comidas con especialidad marcada en arroces. Opción de menús y opción de carta con bastante variedad de platos.

Tres para comer. Agua sin gas y un fácil Icono chardonnay a buena temperatura, dado a catar y autoservicio. Pan correcto.

Al centro a compartir y en generosas raciones:
. puntilla y tortitas de camarones: algo de más de rebozo pero bien. Acompañaba una mahonesa que no se muy bien qué hacía allí
. salteado de chipiron con trigueros, foie, habitas y champiñones: muy bueno a pesar de muchos elementos, consigue un buen conjunto.

Principal:
. arroz de alcachofas y sepia: servido en cazuela al centro, abundantes tropezones, buen punto del arroz y bien de cantidad

No tomamos postre ni cafés ni extras de la casa.

Han proliferado locales por la zona al abrigo de los hoteles y ECI y ésta es una opción correcta y más si vas con hambre de arroz por la zona y no como el amigo Gabriel que fue con el depósito rebosante.
Sorpresa me he llevado al ver su crítica. Es curioso que de fuera vendrán y te enseñaran (donde comer).

Ultima noche en Valencia tras 4 comidas fenomenales, en 4 días seguidos, por tanto la capacidad del comer se va agotando, por mucha disposición que se tenga.

Sito en la Avenida de Francia entre los hoteles Valencia Center y Barceló, por tanto muy bien situado.

En su zona exterior dispone de una pizarra que entre otras cosas nos anuncia un menú, creo que a 25 euros, con muy buena pinta y con varias opciones.

Sin ánimo del menú, 4 personas pasamos con la simple idea de compartir.

Mesa con buena separación, ambiente algo tenue en cuanto a la luz, y ambiente en nada ruidoso.

Hemos compartido:
Tartar de salmón.
Parrillada de verduras
Alcachofas con huevos
Timbal de bacalao

Todo a un nivel aceptable, flojeando quizás el timbal de salmón que no se acabó, que no puedo afirmar si fue por su nivel, que no era de llamar la atención o porque salió en último lugar y ya no había posibilidades.

De beber, tenían en su carta vinos curiosos, para un local de este tipo, de hecho tomamos, El Miracle 120 aniversario 2011 y Pasion de bobal 2011.a 13.50 y 16 euros respectivamente, sin el IVA. Copas aceptables y buena temperatura del vino.

Lo descrito más agua, hizo ascender la cuenta a 19.50 euros por comensal.

Personal, si no me confundo todo chicas, con un atuendo discreto o quizás clásico de calle y muy atentas y amables.

Comentario:

Local que si volviese de nuevo por la zona, con la idea de comer con este nivel, no duraría en repetir, aunque esta vez no me llamó la atención en ninguna manera, quizás por culpa de hasta casi hastío.