Cocina otomana

Después de dar un corto paseo, previo pago de unos 5€, por la playa de Katara, decidí entrar en el centro cultural de Katara, sitio de esparcimiento durante los fines de semana. Zona con bastantes actividades y exposiciones culturales y artísticas, además de acoger varios restaurantes.

Decidí entrar en este restaurante pues me llamó la atención que se estaban asando un par de corderos al aire libre y la verdad es que tenía buena pinta.

Local con grandes dimensiones además de disponer de una amplia terraza fren el paseo marítimo para tomar algún refrigerio e incluso para comer en plan más informal. Opté por comer en el interior. Salón muy amplio y con intensa luz natural debido a que tres de sus paredes eran realmente grandes ventanales. Me acomodaron con algo se suerte junto a uno de ellos desde donde se veía el paseo marítimo.

Servicio muy numeroso (jóvenes procedentes del este de europa principalmente) y rápido para tomar nota pero lentísimo para pedir algún postre o la cuenta. Además le pedí al maitre que no me trajeran todo junto, pero al final pasaron olímpicamente de mi. En general, servicio bastante distante y no precisamente simpático.

Sin detalles ni antes ni después de la comida.

Comida para uno solo:

- şakşuka: Una especialidad de la provincia de Tokat que consiste en una ensalada de berenjenas (troceada en dados y fritos ligeramente) con otras verduras muy picaditas (calabacín, pimiento verde, cebolla y patata) y con salsa de tomate. En La Mancha, esto es un pisto en toda regla, solo que en Turquía se toma fresquito. Discreto plato.

- Yarikkaya: Otro plato tradicional para vegetarianos elaborado con espinacas frescas y saltedas con otras hierbas. El plato se presentó con un poco de yogurt con ajo. De nuevo discreto plato.

- Kuzu Çevirme: Es el nombre que se le da genéricamente a la carne asada de cordero, girándolo lentamente sobre unas brasas de carbón. Fue la razón por la que entré en este local y me decepcionó. El plato contenía unas escasas tiras de carne de cordero excesivamente hechas sin apenas sabor. Se acompañó de arroz pilaf con pasas bastante insulso.

- Baklava Tabagi: Un surtido de baklava que no estaban nada mal. El hojaldre, rellenos con diferentes frutos secos, no estaba ni pesado ni empalagoso. Quizás fue, desgraciadamente, lo mejor de la comida.

Este restaurante no tiene licencia de bebidas alcohólicas, por lo que no puntúo el servicio del vino. Solo tomé dos jarritas de un buen ayran (mezcla de yogurt de oveja, agua y sal).

Precio total: 39.00€ (inc. tasas y la bebida)

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con tasas y servicio incluidos y sin bebidas