Este restaurante en plena plaza se Galapagar frente al ayuntamiento es un clásico, pues lleva abierto que yo sepa más de 20 años con ese nombre.

Tienen un letrero desde hace mucho tiempo que dice "No se admiten tarjetas por motivos técnicos. La Dirección" ... Ya da que sospechar, puesto que los motivos técnicos son transitorios y no eternos. Menú de domingo 19 €, de aperitivo un platito de paella cuyos granos eran como perdigones, y ya en los primeros un pulpo que fue lo único aceptable y una fabada asturiana que no era tal sino un guiso de alubias blancas. Lo peor el segundo: un cochinillo de sobras congelado y recalentado. La carta de vinos es inexistente, cuentan con Cune, Coto, Yllera, y Protos, a precios altos encima, por lo que una vez sentados y ya viendo que nos habíamos equivocado, preferimos no pagar usuras y beber el vino de la casa con gaseosa incluido en el menú. Manteles, servilletas, vajilla y cubertería necesitan "pasar por el tinte"... Muy, muy, muy mal. Lo barato sale caro. Nos sentimos estafados.

El restaurante estaba prácticamente vacío, conté 4 mesas con la nuestra. Este es el ejemplo más claro de cómo llevar a la ruina un negocio de restauración. Racanería, mala calidad, y engaño.