Tras el precipitado abandono de la cena-fiesta en Scilla e Cariddi… el tema fue a peor. La noche fue “toledana” y de un enfermo pasamos a tres: toda mi familia menos yo.
Pasamos la mañana entre "paracetamolos" y aquarius, sin salir del hotel excepto para ir a la farmacia y al minimarket cercano.
A mediodía, mi mujer se animó (aún no se había cebado del todo el virus con ella) me acompañó a verme comer en un ristorante que tenía muy buena pinta cerca del hotel.
Se trata de un ristorante-pizzería muy bonito que está en una tranquila calle cerca del Vaticano, entre éste y el Castillo de Sant'Angelo.
Parroquia italiana, atmósfera familiar y elegante, con una decoración a base de blancos y cremas. Radiante.
Buena mantelería, vajilla, copas...
Carta típica de lo que es, un ristorante-pizzería al uso.
Por no hacerle a mi mujer (que al final se atrevió con una lubina) largo el trago, pedí únicamente una pizza. Era la oportunidad de tomar pizza en un buen sitio.
Entre las múltiples opciones pedí:
• Pizza Regina Marguerita doC
A base de pomodoro fresco, mozzarella di bufala, ricotta, parmigiano, basilisco e olio extra vergine, a la que pedí que añadieran generosamente rúcula.
Y... Pues eso. Una buena pizza, con ingredientes de primera calidad, pero una pizza. Sí, la rúcula era muy fresca, como el pomodoro, la mozzarella era de verdad, la ricotta parecía nata, la masa era fina y perfecta textura... Muy rica. Una pizza muy rica. Pero una pizza.
Carta de vinos aceptable. Tenían un buen vino para copas, bien servido: un pinot grigio llamado Matteo Braidot , del que tome dos copas colmadas (las llenan demasiado en Roma, pero oye…)
Servicio profesional, respetuoso y rápido.
Pos eso.
Pues aunque reconozco que estaria buena la pizza, en este caso no me has generado envidia.
Nada, te lo hubiera cambiado por un cocido montañés pero ya.
Pero en Italia... Es lo que tocaba!
El pinot grigio bien, oye.
Yo suelo ser de los que caen pronto cuando los estómagos se quejan así que siento mucha envidia por los que lo tienen a prueba de bomba ;-)
jaja, eso decía mi padre.
"Los Gómez-Miranda tenemos el estómago a prueba de bombas" se ufanaba.
Y el tío jamás se quejó
Pues vaya suerte tenéis los Gómez-Miranda!!!! jajaja
Bueno, yo no le llego ni a la altura de sus zapatos, jaja
Es lo que tiene la raza, que normalmente degenera y no mejora ... jajaja
Para muestra un botón:
-Hijo mayor de mi padre (yo): 1.90
-Hijo mediano de mi padre: 1.85
-Hijo pequeño de mi padre: 1.78
Esto degenera, Alberto!!!
(o fueron perdiendo ímpetu...)
Ahora que el pequeño es fuerte como un toro el tío, el más fuerte de los tres.
Está claro que vamos camino de la extinción ;-)
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