Este local, ubicado en pleno corazón de Ruzafa, lleva pocos meses abierto, pero se ha hecho rápido con un nombre entre los restaurantes del barrio. Es un sitio muy versátil, que tanto puedes tomarte unas cervezas por la tarde con tus amigos, como cenar de tapeo por la noche.
En este caso, fue una cena entre amigos y por primera vez, nos pusieron en la terraza puesto que el tiempo acompañaba. Tras unas cervezas de calentamiento, empezamos con la comida. Muy recomendable las croquetas de merluza (caseras, como las de mi abuela, casi), la croqueta MalaUva es todo un descubrimiento (carne con pimientos) y muy rica también la tosta de panceta, foie y mermelada (deliciosa).
Continuamos con unos triángulos de ternera con un pan riquísimo y la mezcla justa con la salsa (exquisita) y una especie de rollos de falafel que estaban muy sabroso.
Para finalizar unos postres caseros (tarta de queso, helado frito y un yogur con miel que va mucho más allá del nombre, no me preguntéis porque...).
En definitiva, un sitio muy recomendable, con un ambiente muy tranquilo y con una comida muy bien elaborada.
Volveré...