Hamburguesas de palacio

Precioso palacio del siglo XVII situado en el acceso a la famosa urbanización “La Bilbaína” de Mungia que esconde una historia muy peculiar; el palacio nunca estuvo ahí antes del año 2005, sino que ha sido traído piedra a piedra desde otro lugar. Me explico, originalmente estaba ubicado en Galdakao y en el año 1968 fue completamente desmontado debido a una expropiación y fueron guardadas todas sus piedras para posteriormente, entre 2004 y 2005 reconstruirlo de nuevo en este lugar…menudo trabajo de chinos. Prueba de ello es que todavía se puede apreciar inscrita sobre las piedras de la fachada la numeración que se dio a cada una de las ellas para su traslado y reconstrucción.

El palacio, que se autodenomina “hotel boutique” catalogado con 4 estrellas, dispone de 43 habitaciones, campo de golf anexo y piscina climatizada cubierta. No me he alojado nunca pero tiene muy buena pinta para relajarse.

En lo concerniente a lo gastronómico que es lo que nos compete, decir que se distribuye en dos ambientes:

1-Restaurante denominado “Harria” (significa piedra en Euskera), ofrece menú y carta. Dispone de una gran cristalera con estupendas vistas de los montes del entorno. Hoy no comentaré éste, lo haré otro día.

2-Bistrot. Situado en la propia cafetería del hotel, pegando al restaurante pero separado físicamente del anterior. Me centraré en este último.

El Bistrot ofrece una carta con platos más informales respecto del restaurante. La ventaja de este Bistrot es que se puede comer en el interior de la cafetería, o bien, cuando la climatología acompaña, en una amplísima terraza con enormes sombrillas para los días en los que el sol más aprieta.
Existen opciones sencillas como hamburguesas, sándwiches, ensaladas elaboradas, tabla de quesos, croquetas, patatas fritas con 4 salsas…
Y otras de más calado como Embutidos acompañados de emulsión de tomate-aceite de arbequina y ración de pan de cristal, Terrina de foie con puré de pera y pan tostado de nueces y pasas, anchoas del cantábrico, hongos salteados con foie fresco a la plancha, arroz negré cremoso con salsa de chipirón y guiso de calamares, a lo que hay que unir pescados y carnes varias, incluido chuletón, por poner un largo ejemplo.

Tenía que comer con una amiga y no disponíamos de tiempo suficiente para sentarnos tranquilamente en el restaurante, así que nos decantamos por el Bistrot. En esta ocasión, el tiempo no acompañaba y la lluvia se hacía notar, por lo que comemos en el interior.

Mesas sencillas de madera, sin mantel en un principio pero cuando dices que vas a comer de Bistrot te colocan un mantel individual de papel. La carta contiene todo lo que he nombrado anteriormente y varios platos más que no he querido detallar para no extenderme más (ver su página web). Nos decantamos por lo siguiente:

1-Para mí Hambuerguesa “Harria”. Se compone de pan artesano recién horneado, hamburguesa casera, queso fundido, mayonesa, tomate fresco, cebolla confitada y “mezclum” de lechugas. Estupendo tamaño y presencia. El pan artesano recién horneado (no pan tipo bollito Maxi burguer), llega calentito a la mesa. Muy buena calidad en la carne, que según nos comenta el camarero, está hecha con puntas de solomillo. En su punto, jugosa, con sabor. Se acompaña kétchup y mostaza servidas en sendos cuencos cuadrados muy “chics”. Disfruto como un niño, para mí vale de sobra lo que cuesta. (8,50 € Iva incluido)

2-Para mi amiga, Bikini de salmón ahumado con mostaza, miel y eneldo. Servido sobre un rectángulo de pizarra, se compone de dos medios sándwiches con pan tipo “pita”, marcados a la plancha, en cuyo interior está el salmón, las salsas y creo identificar también lechuga “mezclum”. Como tiene tan buena pinta le pido un trozo a probar y está muy muy bueno, muy fresco, me gusta mucho. (9 € Iva incluido).

3-Para compartir: Tabla de patatas fritas a las cuatro salsas. Patatas en forma de “dado” curiosamente servidas en un cestillo de acero con asa, (igual al que se mete en la freidora). Buena ración de patatas acompañadas por 4 cuencos igual de “chics” que los de la hamburguesa, pero esta vez de cristal transparente, que contienen salsa barbacoa, mostaza, alioli y salsa picante (si no recuerdo mal). Muy rico todo.

Todo lo detallado tarda apenas 10 minutos en ser servido, por lo que es una forma a mi parecer de comer rápido y con calidad.

Para beber agua 1/3 (2 €) y Coca Cola (2,10 €).
Aunque hoy no tomamos vino, ojeo la carta que es la misma que la del restaurante; no es demasiado extensa pero tiene donde elegir, principalmente Riojas y Riberas y un poco de las demás denominaciones. Precios contenidos.

No ofrecen postres. Tienen muy buena pinta pero curiosamente nos hemos llenado y terminamos con un café solo (1,45 €) y una infusión (1,65 €).
La cuenta asciende a 24,70 €.

Servicio de mesa correcto.

Un lugar muy recomendable si uno se encuentra en Bilbao o inmediaciones y quiere olvidarse un poco del bullicio de la ciudad sin alejarse mucho. Volveré un día que haga buen tiempo para disfrutar de la terraza mientras disfruto de otra hamburguesa, y quién sabe si también de un sándwich de salmón.