Desastre

Mucha gente me había hablado de este vegetariano ,situado en pleno centro de Barcelona ,como algo diferente y de buena calidad, acudimos un sábado noche sin reserva previa, el restaurante estaba muy lleno por lo que tuvimos que esperar unos 20 minutos, en la entrada hay un pequeño hall dónde poder tomar algo al mismo tiempo que ves los cocineros de la zona de ensaladas trabajar, nuestro primero cubo de agua fría fue al ver un cocinero con barba y gafas al mismo tiempo que emplataba iba probando las salsas con el dedo introduciéndoselo en la boca, gesto un poco desagradable por tratarse de un sitio a la vista del público, nos cogió un poco de repelús la verdad, este individuo también se auto-alimentaba a la hora que veía algo de su agrado, no le dimos mayor importancia y decidimos acomodarnos en la mesa.

La comida es buena, carta íntegramente de platos realizados con productos vegetarianos con ausencia de carne i pescado, raciones que no son ni abundantes ni escasas, en el punto justo, los antipasto, una variedad de humus con diferentes panes estaban muy buenos al igual que la coca de recapte hecha de una masa casera y con pimiento rojo y berenjena escalibados con una butifarra cortada a trocitos, de segundo la hamburguesa de seitán muy buena con patatas fritas caseras y una taten de higos con berenjena también deliciosa, como punto negativo a parte del individuo que se lamia los dedos al mismo tiempo que emplataba vimos a una persona que por lo que deducimos debía ser la propietaria, entro de la calle sin lavarse las manos y vestida de calle,esta se paseaba por la cocina cogiendo ensalada con las manos sucias y picoteando por la cocina de varios contenedores de comida cosa que nos pareció un poco desagradable la verdad.

Carta de bebidas con vinos de carácter ecológico y otros de más comerciales, zumos de diferentes tipos de frutas, muy bueno el de naranja, jengibre y zanahoria.

El servicio es desastroso y mal organizado, la espera entre plato y plato es superior a los 20 minutos, servilletas de papel, mesas sin mantel y vajilla y cubertería mal repasada con algunas manchas, la cuenta ascendió a unos 76€ si postres, ni vinos ni cafés, precio que me parece un poco excesivo por el total aunque repito, la comida es muy buena, pero en un restaurante no es sólo la comida, es todo, el servicio, ambiente, local,...., si lo tuviera que recomendar a un amigo no lo haría y si tuviera que volver me lo pensaría varias veces la verdad

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