Restaurante Portonovo en Madrid
Restaurante Portonovo
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
57 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.0
Comida COMIDA
10.0
Precio medio entorno ENTORNO
4.5
RCP CALIDAD-PRECIO
6.0
Opiniones de Portonovo
OPINIONES
2

A mitad de camino entre casa y las rias gallegas, aqui puedes probar unas de las mejores cocinas gallegas del pais.

El local necesita una remodelacion urgente, pero la calidad de los productos, su frescura y justa elaboracion compensa. No espereis grandes recetas creativas, solo buenos productos y una factura algo cara. Aun asi es de lo mas recomendable.

"Trabajo, trabajo y más trabajo, la mejor y más antigua receta del mundo". Este ha sido el lema de José Limeres, el fundador de un restaurante que lleva más de cuarenta años acercando a los madrileños lo mejor de la gastronomía gallega. Durante todo este tiempo, por sus mesas han ido desfilando varias generaciones de familias que se han mantenido fieles a unas preparaciones, pero sobre todo a un producto de enorme calidad que prácticamente no se ha visto alterado en los distintos momentos tanto de bonanza, como de crisis económica.

Sin duda, el tesón, el esfuerzo y la impecable categoría de la materia prima ofertada han sido el secreto de su éxito. Aún en esta época de oscuridad e incertidumbre siguen llenando, conseguir reserva sin la suficiente antelación en fechas señaladas es tarea complicada, y tiene mérito, pues el aforo es enorme.

En mi caso, visito el restaurante desde pequeño; cumpleaños, aniversarios de boda, días de la madre o del padre eran la excusa perfecta para hacer lo que entonces me parecía una auténtica excursión. Y cuando llegabas a tu destino sabías lo que ibas a encontrarte: al aparcacoches conduciendo un sinfín de modelos de motores rugientes. A los siete años mis primos y yo pensábamos que esa era la mejor profesión del mundo. Una vez que subías las escaleras, te encontrabas con la segunda atracción, un vivero al que asomarse plagadito de bichos de aspecto feroz que ya en esos días empezaban a interesarme.

Poco ha cambiado la decoración; salvo algún salón recién rehabilitado o una novedosa y agradable terraza para cuando llega el buen tiempo, el entorno conserva ese aire "ochentero", con el representativo hórreo de piedra de la entrada dándonos la bienvenida y unas estancias grandes y bulliciosas con mesas, manteles, cubertería y vajilla a la altura. Servicio profesional, atento, hacendoso y amable muy de vieja escuela, con impolutas chaquetillas blancas y ese acento cantarín tan habitual de la región, parte de la plantilla lleva trabajando en el establecimiento más de media vida.

Para comer, aparte de cualquier plato de la carta, el encargado nos sugerirá algún producto de temporada, pescado o marisco según la estación. De primero, y mejor si es para compartir, recomiendo las fabulosas empanadas caseras, (de berberechos o bonito) que se deshacen en la boca, almejas, cigalas, camarones, pulpo a la gallega, percebes, centollo o centolla dependiendo del momento... De segundo una de las mejores merluzas de toda España, arroz con bogavante, lamprea, lubina, lenguado, rape, mero , bacalao y muchos más pescados todos frescos y excelentes. Para los carnívoros, los sabrosos chuletones, entrecots o solomillos cocinados con un punto magistral serán opciones que no defraudarán.
Si hemos dejado sitio para el postre, y hemos sido previsores encargándolo al inicio, aconsejo por encima de todos, el delicioso y cada vez más difícil de encontrar soufflé, esponjoso, con melocotón y helado y ese puntito alcohólico. Otras alternativas igual de buenas y caseras serían las filloas, el flan o la Tarta de Santiago. Para rematar, podremos hacerlo con una buena copa de whisky o ginebra, disponen de una considerable lista de destilados y los preparan muy correctamente, con un adecuado control de las temperaturas. Precios altos, en consonancia con la materia prima.

El apartado vinícola, el más flojo de todos, certifica el tradicional y sin lugar a dudas mejorable aspecto de tan magnífico restaurante. Deberían ampliar el catálogo de generosos, champagnes y cavas, incluir algún ribeiro y albariño de nuevo cuño, salirse de las habituales casas de Rioja y Ribera, apostar por D.O. emergentes o referenciar alguna etiqueta internacional.

En resumen, Portonovo es uno de los mejores locales de pescado y marisco de la capital, con una trayectoria envidiable y con una regularidad fuera de lo común. Un lugar imprescindible en mi agenda.

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