Que malos son los grupos

Los grupos trastocan totalmente el buen funcionamiento del restaurante a pesar de tener personal adicional para atender las mesas, este día habían tres grupos distintos de entre 10 y 15 personas cada uno.
Eramos cuatro comensales y ya cuando nos acomodaron nos recomendaron el menú, supongo que los grupos tenían un menú cerrado y esto les facilitaba la labor en la cocina.
Para empezar una cata de un muy buen aceite de la zona con un buen pan para mojar.
Nos decidimos por la carta y pedimos para compartir, dos raciones de calçots en tempura, una de pulpo a la gallega y una de anchoas con menbrillo.
De segundo tres de calamar cortado en rodajas y acompañado de verduras cocinado en el wok, presencia testimonial de las verduras y una cocción desacertada del calamar, y un tataki de atún que llegó completamente frío a la mesa.
Pan de cristal con tomate.
Dos botellas de Guillamina blanco de la D.O. Costers del Segre servido a temperatura demasiado elevada que tuvimos que solucionar añadiendo un buen puñado de sal a la cubitera y agua de un litro.
De postre tres de tarta sacher que nos aseguraron que era de pastelería y que resultó muy seca y espesa, y un café irlandés con el whisky requemado y sin sabor.
Tres cafés.
Al pedir la cuenta nos preguntaron como había ido la comida, y francamente le comentamos que no habíamos quedado satisfechos aduciendo a que posiblemente los grupos trastocaron al personal de cocina.
Al traer la cuenta el propietario nos comentó que no nos cobraba uno de los platos de calamar, corroborando que los grupos les habían sobrepasado.