A las 14 h. de un 3 de agosto con 40º a la sombra, encontramos un oasis en Cieza para comer, el restaurante Cenáculo.
Local acogedor con aíre acondicionado a tope, para mitigar el calor.
Nada más entrar llama la atención la surtida y variada barra con productos frescos de la huerta murciana, carnes y algún pescado.
El servicio muy atento y amable, que nos aconsejó las viandas.
Pedimos:
* Berenjenas al estilo ciezano (guisadas en cazuela recordaban a las de Almagro, aunque cocidas y con otro aliño).
* Pipirrana.
* Bacalao con cebolla (muy bien cocinado y abundante ración).
* Entrecot de buey trinchado (buena carne).
De postre nos recomendaron la tarta de turrón de la abuela (buenísima).
Dado el calor sofocante, no pedimos vino, sino cervezas.
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