Ese día tocaba Platjes del Comte pues hacía un día espléndido y había que aprovechar. A la hora de comer nos acercamos a este bar, que se encontraba abarrotado, para picar algo que nos hiciera aguantar hasta la noche. Particularmente, los días de playa no me abren mucho el apetito.

Sobre la descripción del local, como bien dice el amigo Toni en el comentario anterior, lo mejor es pinchar aquí para hacerse una idea. Ambiente playero ibicenco a tope con vistas desde sus mesas al mar que queda a tus pies.

Comimos un par de Hamburguesas, una de Angus y otra de Wagyu. Sin entrar en cuanto porcentaje pudiera llevar de estas carnes cada hamburguesa, pues servidor es incapaz de distinguirlas en esta presentación y probablemente en otras también, hay que decir que estaban muy ricas ambas. Jugosas y con buen acompañamiento. Una con cebollita bien pochada, queso tipo brie y rúcula y la otra con lechuga, tomate y una loncha de queso tipo cheddar con un pan correcto.

Ya que estábamos en ese plan, se imponían unas buenas Patatas Fritas que cumplieron su función.

Un par de cervezas rubias de barril bien fresquitas para beber.

Se pide todo en barra y te avisan cuando está lista la comanda vía “aparatito de alerta” así que servicio de mesa no hay pues la misma te la agencias tú en cuanto se levanta alguien y la deja libre.

…y después a seguir disfrutando de esas aguas que tiene el Mediterráneo encaprichado en esta isla y por supuesto de una estupenda puesta de sol.

Antes de seguir adelante os invito a abrir vuestro buscador de imágenes habitual, teclear "sunset ashram Ibiza" y darle al intro. Echáis un vistazo a las fotos del lugar y os ayudará a entender de qué os estoy hablando. Hacedlo, por favor.

Sobre una pequeña atalaya, en una zona de acantilados y pequeñas ensenadas se sitúa este local que tiene doble funcionalidad: bar de playa a mediodía y restaurante nocturno. La terraza principal es un gran mirador circular con mesas y bancos de obra desde donde se pueden contemplar algunas de las mejores vistas ibicencas y la espectacular puesta de sol que congrega cada atardecer a decenas de personas. Está abierto todo el día, así que se puede pasar también entre horas a tomar un refresco, un granizado, helados...

Os comentaré mi experiencia a mediodía (mis experiencias, mejor dicho, puesto que voy casi todos los años). Todavía no nos hemos atrevido a visitarlo de noche por miedo a ser pillados en algún control de alcoholemia y, también sea dicho, por qué los precios se disparan con la carta de noche (también el tipo de comida, es cierto, mucho más elaborada). En la web del local podéis ver los precios de las propuestas nocturnas.

La carta de mediodía es "para todos los públicos": ensaladas de frescura destacable y presencia espectacular, hamburguesas y bocadillos, pizzas, toda una página con propuestas de sushi (makis, niguiris, sashimi...) y platos de la especialidad de la casa (hindú): pollo con curry, thai de verduras... No hay servicio de mesas. Se llega a la zona de barra y esperas a que se vacíe alguna mesa. El cambio de comensales es continuo y, aunque nadie te invita a dejarla una vez acabas ni te meten prisas, los mismos clientes tienen el miramiento y la deferencia de levantarse una vez terminas. Hay dinamismo pero, a la vez, calma, tranquilidad, buen rollo... Una vez sentado ojeas la carta y te acercas a la barra para hacer la comanda de tu mesa, se abona la comida en ese instante y te dan una especie de artilugio/despertador que se ilumina y emite sonidos cuando tu comida está lista. Te acercas de nuevo a la barra de recogida y llevas la comida a la mesa. Las bebidas (subiditas de precio, eso sí) se piden y se abonan en la barra de bebidas. Los chicos y chicas del servicio se dedican a recoger las bandejas, los desperdicios e incluso te cambian los ceniceros varias veces a lo largo de la comida, siempre sonrientes y amables. Un sistema bien ideado y engranado que da fantásticos resultados para el local y para el cliente poco quisquilloso y desenfadado.

Todo lo que hemos probado en nuestras visitas es digno e incluso muy bueno en muchos casos. Los curris y los thai los bordan. Las cantidades son suficientes. Me gustaría mucho probar la propuesta nocturna. No creo que desmerezca. El precio, eso sí, será bastante alto.

El precio medio de una comida puede variar entre los 15 i 25 € según lo pedido y bebido. No puntúo precio para no inducir al error, no sea cosa que alguien se vaya a cenar con esta referencia, le soplen 70 pavos y me lo reproche a mi. La RCP en el caso de las comidas sería excelente pues solo la visión de las calas y las islas ya merece un precio más alto.

Y un último consejo: cuando estéis por allí, hacédmelo saber y me mataréis de la envidia. Jajaja.