Tenía ganas de ir a Momo. Es de esos lugares que vas recibiendo inputs que te van animando. Lo que me hace gracia es la procedencia de los "inputs". Un vino del blog The Rossinis, pero los otros inputs me venían del Juan Cambró, hasta hace no demasiado en el restaurante 33 y ahora en Zanzibar en un nuevo proyecto y otro de Xavi, un barcelonés exiliado actualmente en Shanghai ....!. Como veis inputs lejanos.
Y ya paso a explicar Momo. Con reserva hecha, llegamos allí hacia las 21:15 de un miércoles. La sorpresa es que estaba lleno animado y con un público agradable. Y ahora alguno pensará: "Que quiere decir público agradable?" ... hehehe.
No lo se definirlo con precisión, pero es esa sensación de que entras, hechas un vistazo y no ves ninguna mesa de la que quieres estar lejos. Es algo que valoro mucho cuando entro en un restaurante. Público joven y no tan joven , estilo barrio Gracia. Conversaciones normales, no fantasmas. Me sentí a gusto.
Pero hicimos una error (mea culpa) de elegir la mesa equivocada. Cuando entramos, ya estaba todo reservado y nos dejaron elegir entre tres mesas, preparadas para dos personas. Con un rápido vistazo, elegí la que estaba en un extremo, justo en la puerta, que de hecho era una mesa para 6 personas en que en un extremo y había una pareja extranjera encantadora y al otro punta nosotros.
Y por lo tanto el hecho de ocupar media mesa, creo que repercutió en el servicio que al igual que era súper amable, llano, de la tierra, llevaban un despiste con nuestra mesa, en el umbral del mal servicio. Pero ya adelanto que el resto todo muy bien y seguro que volvemos. También sé de sobra, que el BBB no existe y algún defecto debe tener.
Por mi parte ya entré con la elección hecha, una vez leído los post de los Rossini. Pero como ellos van 5 a cenar, había más platos que yo quería, que capacidad de comerlos, que sólo éramos dos. Escogimos 4 cosas a compartir.
Unos Momos o Dumplings o Gyoza. Elegimos los de gamba y son los mejores que he comido nunca.
Unas langostinos Camboya que no estaban en la carta y nos recomendó el camarero.
Unas berenjenas orientales Shanghai, cocinadas con jengibre y ajo.
Y el plato llamado "Pato como le gusta al chef Bin", que es pato lacado cortado en juliana, salsa Hoisin, cebolleta, pepino y obleas. Como el típico pato laqueado de los chinos, pero en bueno ... :). (NOTA: En mi blog un exaltado casi me insulta por la anterior frase. Se que hay restaurantes chinos de calidad, pero me referia a toda la gama media-baja, que tanto abunda).
Quedamos bastante bien, pero al haber visto pasar otros platos, decidimos pedir algo más y en concreto alguno que habíamos visto a la pareja de lado, que se dieron un "festín". Pero ya no conseguimos que se acercara nadie del servicio para poder pedir. Y como ya de inicio, tuvimos que ir a buscarlos para que nos tomaran nota (se disculparon muy correctamente), cuando por fin llegó el camarero, ya nos había pasado el hambre y optamos por pagar y marchar.
Quiero pensar que el caos en nuestra mesa, era debido a que la tenían descontrolada al ser "media mesa", pues un par de veces nos sirvieron platos que no eran nuestros (y tontos de nosotros los rechazamos con la buena pinta que tenían!). A buen seguro si hubiéramos elegido cualquier otro mesa en la zona de paso, esto no hubiera pasado.
Pero a pesar de lo que comento del servicio, reitero que nos gustó, que seguramente volveré, aunque evitando la mesa de la entrada y días punta, en los que hay mucha aglomeración ..
El vino fue un Més que Paraules de la DO Bages(un vino de una buena RCP) y toda la cena para dos, costó 52€, que sin vino hubiera quedado en 39 €. Pruébelo si os apetece este tipo de comida, no saldréis decepcionados.
Ricard Sampere
www.restaurantscat.cat