Crónicas eco-carnívoras: ¡salva una planta, comete un vegano!

En los últimos tiempos, los carnívoros hemos asistido atónitos a una proliferación sin precedentes de ideologías gastronómicas verdes, que se han visto indudablemente favorecidas por el creciente interés social en la alimentación saludable y en todo aquello relacionado con la sostenibilidad y conservación medioambiental. Veganos, crudivoros, vegetarianos, vegetaristas, granívoros, frutarianos, etc, parecen disfrutar sin límites del beneplácito social mientras que el carnívoro clásico se encuentra arrinconado, estigmatizado y casi perseguido por un ejército de integristas dietéticos digitales.

Ante este panorama, más que nunca, los carnívoros debemos reinventarnos y reivindicar nuestro espacio ideológico si no queremos convertirnos en la próxima minoría en riesgo de exclusión social. Necesitamos modernizar nuestro discurso y aportar esa energía roja que nos caracteriza para restaurar de nuevo el equilibrio en la Fuerza. Pero, ¿cómo hacemos eso?

Nuestra tercera jornada de estancia en Florencia tenía como hitos principales la subida de los 463 escalones que llevan hasta la mítica cúpula de Brunelleschi y de otros 414 hasta lo alto del Campanile. Dicen que el arte sirve para alimentar el espíritu pero, hasta que el resto del cuerpo sea capaz de asimilar los nutrientes etéreos, lo más práctico es recurrir a una buena dosis de proteína en forma de bistecca. En los apuntes previos disponíamos de dos opciones recomendadas por el compañero Joaquin1965: Cocco Lezzone y Tratoria da Titto, pero debido a su cercana localización, nos decantamos por la segunda.

Resulta indicado subrayar que este local presenta un ambiente bastante “toscano” y, con toscano no me refiero al gentilicio de la comarca, sino a que se parece más a una taberna tosca que a un restaurante. Sin embargo, un servicio intencionadamente informal y directo -en el buen sentido-, hace que te sientas tan a gusto como cualquier otro de los nativos que lo frecuentan. A diferencia de otros locales típicamente fiorentinos, donde directamente se niegan a servirte determinadas comandas por ideología, aquí no parece molestarles en exceso que quieras degustar un capuccino a mediodía (5000€) o un capuccino con la bistecca (10.000€), siempre y cuando estés dispuesto a compensarles económicamente semejante ultraje. Sin embargo, con la carne no ocurre lo mismo y advierten que no sirven carne ben cotta, motivo por el cual sufrimos una baja en la bistecca, que no tuvo más remedio que pasarse al bando de la pasta.

Tras consultar al personal para que nos guiara un poco, se acordó la siguiente comanda:
1.- Ensalada caprese con berenjenas asadas
2.- Pici con pollo y flor de calabacin

3.- Bistecca para 3 personas (1,650Kg)
4.- Postres y cafes
5.- Vino

Tanto los entrantes como la pasta son correctos, sin grandes alardes, pero cumplen con la función de cubrir decentemente el fondo estomacal hasta la llegada de las proteínas. La carne es otra historia. Obviamente las hemos probado mejores, pero ésta tiene un nivel bastante bueno. No procedía de un buey sagrado al que le hacen masajes capilares a diario, ni tenia cientos de días de maduración, pero estaba tierna, jugosa y con el punto exacto de cocción que debía. No hace falta nada más para disfrutar un buen rato. Sobra decir que en el apartado liquido íbamos totalmente perdidos, por lo que nos encomendamos a la buena fe del simpático servicio, que nos ofreció un Chianti clásico, Clemente VII (un Papa Medici), que gustó bastante, de hecho repetimos en alguna otra ocasión. Los postres no tienen ningún interés especial, más allá de terminar con una sensación dulce. Unos ristrettos cierran el envite. Para aquellos más curiosos, dejo este extracto de la carta de vinos.

Aquí se viene exclusivamente a por las carnes, tanto la bistecca como cualquier otra preparación casera que vimos pasar por delante con una pinta envidiable. Se paga al salir no en la mesa y, no aceptan tarjetas de crédito, solo cash. Tras la barra hay una señora de aire matriarcal que prepara la cuenta mientras va vociferando al personal los detalles de la comanda. Trato de convencerme de que este nivel de “sofisticación” en los medios de cobro, no tiene nada que ver con el cumplimiento de sus obligaciones tributarias. Durante la espera, observo que sobre la barra, hay una multitud de folios grapados que exponen diversas consignas carnívoras dignas del mejor cuarto de baño, cuando una de ellas llama poderosamente mi atención: “Salva una planta, comete un vegano”.

La vida tiene estas cosas. En un instante estas pagando la cuenta y al otro te conviertes en un militante devoto: ¡¡acabo de descubrir que soy eco-carnívoro!! ¿Pero, cómo hemos podido estar tan ciegos? ¿Nadie se ha planteado el inmenso peligro que supone dejar crecer a los veganos sin control? Su capacidad de deforestación es superior a la de una plaga de langostas. Esto ha llegado demasiado lejos, si no les paramos los pies, esos inconscientes son capaces de dejarnos sin oxígeno. Hay que pasar a la acción: ¡eco-carnívoro, tu ecosistema te necesita! Afortunadamente, en los días siguientes pudimos constatar que la reacción ha sido rápida y parece imparable. Restaurantes que ofrecen bistecca de vaca chianina autóctona, ossobucco de animales criados en semilibertad, cinghiale in umido (jabalí salvaje), asadores toscanos adheridos al movimiento del Slow food. Está claro, hemos vuelto y esta vez será para quedarnos. Todo lo que haga falta por salvar una planta.

  • Entrantes

    Entrantes

  • Carta de vino

    Carta de vino

  • Clemente VII, Chianti clasico

    Clemente VII, Chianti clasico

  • Postres

    Postres

  • Bistecca alla fiorentina

    Bistecca alla fiorentina

  1. #1

    Joaquin1965

    Subir esos escalones es un cásico :-)

    Buen comentario!

    saludos

  2. #2

    Joan Thomas

    Excelente comentario, como siempre. Bueno,para entrar en el club, por lo que veo voy a tener que buscar un vegano para comérmelo y salvar asi, al menos una planta 😆 La RCP no está mal.
    Espero leerte más a menudo.
    Un abrazo

  3. #3

    Gastiola

    Jo-der... que se te echa de menos. Lo que me he podido reír. Lo de salvar una planta está genial. Yo también soy más carnívoro y además me dedico a cuidar bosques así que los "veganos" tampoco me caen demasiado bien.
    Estupenda pinta tiene esa "txuleta", que es como habrá que definirla. Eso sí, después de semejante "escalonada" yo necesitaría un par de ellas. Un abrazote

  4. #4

    Jansolo

    en respuesta a Joaquin1965
    Ver mensaje de Joaquin1965

    Gracias por las referencias, que fueron de inestimable ayuda.
    Un saludo

  5. #5

    Jansolo

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Creo que voy a proponer esa condicion como rito de iniciacion para todo eco-carnivoro, jeje. Ya tenia ganas de colgarlo desde hace un tiempo, pero me ha sido del todo imposible. A ver si no tardo tanto la proxima.
    Un abrazo.

  6. #6

    Jansolo

    en respuesta a Gastiola
    Ver mensaje de Gastiola

    Me alegro de que te haya hecho reir, al menos esa era la intencion. En condiciones normales a mi tampoco me habria sobrado un poco mas de chicha, pero como quedaba todavia la segunda tanda de escalones y habia cierto peligro de "evacuacion involuntaria" de bistecca desde lo alto del Campanile, pensamos ingerir lo estrictamente necesario para reemprender el ascenso de la tarde.
    Como espina clavada, me quede con las ganas de probar el numero 1 de mi lista, Cocco Lezzone, pero no pudo ser, asi que tendre que volver, jeje.
    Un abrazo.

  7. #7

    Anubis7

    Genial comentario. Y que recuerdos de esa bistecca de hace poco mas de un mes. Reserve alli pero cancele y aunque parezca increible fue porque descubrimos en el mercado las bisteccas y las haciamos en el apartamento para cenar... no me he mirado el colesterol desde que volvimos. Los que no saben... sufren menos

  8. #8

    Jansolo

    en respuesta a Anubis7
    Ver mensaje de Anubis7

    El mercado nos gustó mucho. No sé si sabras que en la primera planta, por las noches estaba lleno de puestos de comida y bebida de todo tipo, desde ostras o trufa blanca hasta pizzas o carne a la brasa hecha al momento. Lo descubrimos casi de casualidad y acabamos cenando alli 3 noches, con un ambientazo que no veas y hasta las 24h, cosa que en los restaurantes ni soñando.
    Deja el colesterol tranquilo, ya lo veras antes de verano y por esas fechas ya habra vuelto al redil, jeje.
    Me alegro de que te haya gustado el comentario.
    Un saludo.

  9. #9

    JoseRuiz

    Me gustan tus gastrohistorias, con repasito incluido a una parte de la fauna "gastrofriki" y sus etiquetas. Creo que voy a seguir siendo omnívoro...

    Tiene buena pinta la Bistecca corte T-bone

  10. #10

    Jansolo

    en respuesta a JoseRuiz
    Ver mensaje de JoseRuiz

    Doy fe que estaba bien buena. Yo tambien soy omnivoro, hasta que huelo la sangre... jeje
    Un abrazo.

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