Decepcionante olor a frito

El que en su día fue de lo mejorcito en comida china de Valencia ha caído en lo que a mi juicio es uno de los principales inconvenientes a la hora de escoger un local para comer. El olor a fritanga que te llevas impregnado en la ropa cuando sales del local. Es muy desagradable seguir oliendo a frito tras abandonar el local. No encaja con la categoría que pretende ostentar este restaurante.
La comida cumple con el mínimo que esperas de un restaurante chino. Ha perdido la diferencia con el resto del sector de que gozaba antaño. Ahora esta a la altura de Restaurantes Chinos de hace muchos años. Un poco mejor en cuanto a la carta pero en cuanto a sabores, se ha convertido como decía en un Chino sin más.
El servicio anda limitado y descontrolado. Olvidaron platos por apuntar y eso si, todo hay que decirlo, fueron rápidos en servir. El postre tampoco ha conservado ese punto que lo diferenciaba hace años.
No es que no piensa volver pero me costará mucho decidirme y supongo que tardaré. Lo peor el olor a frito que te llevas puesto y el borde sucio de las copas.