Pocas veces se ha hecho tanto honor a su nombre. Se trata de un brandy que según parece dejó de producirse en los años 1940, por lo que quedan escasísimas botellas. Ha ido evolucionando a algo absolutamente increíble, alcohólico si claro, pero ligero, sensual, acariciante, no se puede describir, no sólo insuperable sino además inconmensurable
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