Una rareza que se nota en sus fases olfativas y gustativas, con predominio de notas que nos recuerdan a los grandes Brandys jerezados con un toque goloso propio de los rones caribeños, toda una delicia.

En nariz nos reproduce el soporte añejo de un gran brandy jerezado, con predominio de notas licorosas de naranja en licor, garrapiña y frutos secos, sutiles recuerdos de almiber que le aportan peso, integrado y con un final de recuerdos añejos. En boca se presente con dulzor y buen aporte balsámico que otorga frescura que integra a la perfección las sensaciones alcohólicas