O le sobra una estrella o como mínimo éstas deberían tener una punta menos. Si analizamos también el nombre, españolada total, está claro que estamos ante un hotel en el que sus años de esplendor pasaron.
Muy bien situado, en zona céntrica, y sorprendentemente tranquilo. Con unas habitaciones correctas, pequeñas y algo austeras, que cuentan con un baño de equipación media, falto de los detalles habituales en hoteles con esta calificación.
Las zonas comunes, como por ejemplo el comedor y el hall, no van sobradas de espacio ni mucho menos pero están cuidadas como se espera.
Desayuno continental hotel con bollería industrial, así como los zumos, y con poca variedad de salados. Demasiado ajustado tanto en opciones como en calidad si lo comparas con otros.
Creo que se ha quedado básicamente como hotel concertado por empresas. Si las habitaciones no son caras puede que para alguien que quiera algo sin lujos y a un paso de todo esté bien. Por lo que a mi respecta no lo elegiría en una próxima visita a esta ciudad.
En la c/Bruill, una bocacalle de Paseo Independencia bajando hacia Plaza de España a mano derecha.
La de millones de veces que habré pasado por esa calle y no tenía ni la más remota idea de que se llamara así.
Pese a estar ubicado en pleno centro, estás tranquilo, es una callecilla poco transitada.
El Hotel Don Yo es un auténtico clásico de Zaragoza, un hotel “de siempre”. Y de siempre ha estado bien considerado este “cuatro estrellas”, pero detrás de los Palafox, Gran Hotel, Corona…
Construido en 1970 y restaurado en 2004, se encuentra en buena forma. Se nota en ocasiones su edad, pero está bien reformado.
Tiene 147 habitaciones. La que me tocó en suerte era de tamaño medio, separado el cambiador del dormitorio, con correcta cama, una buena pantalla de tv, el artefacto éste que plancha el pantalón, caja fuerte... Los armarios podrían ser más amplios.
Las vistas en mi caso eran nulas, daba casi a una pared tras la que había un patio interior. Mucha tranquilidad, claro.
Wifi gratuito.
Servicio de habitaciones rápido, con carta cortita.
Zonas comunes cómodas.
Los pasillos de las plantas, un tanto angostos.
Servicio muy agradable.
Un fin de semana de abril, ocupación plena.