Muy buen servicio
Situado en el casco histórico, ocupando un antiguo palacio, adosado a las majestuosas murallas.
Nos hospedamos en esta parador, aprovechando una promoción que incluye la estancia en habitación doble superior, entrada a la Opera y cena fría.
En cuanto a los elementos comunes, son los típicos de parador en edifico histórico, pero sin elementos de decoración rancios.
Habitación, a la que se accede tras un itinerario zigzagueante por pasillos, muy amplia, con baños renovados completamente, accesorios varios, agua con buena presión, buenas toallas, etc.…
Cama amplia, surtido de almohadas, buena temperatura y solo le pongo "un pero" mínimo, como es la falta de una buena insonorización.
Desayuno de tipo buffet, con surtido variado, con la posibilidad de que te hagan unos huevos al momento si te apetecen. Cafés con dos posibilidades o el clásico (servido en mesa por el personal) o autoservicio con las famosas capsulas.
El personal tanto recepción, cafetería o desayuno) no solo atento y agradable, sino que se nota que hay un evidente deseo de agradar.
Se puede dejar el coche dentro del recinto del hotel al aire libre, sin cargo.
En conjunto, bien y sobre todo me ha impresionado el servicio, que en mi experiencia es lo que más fallaba en este tipo de establecimientos, en los que yo casi siempre notaba desgana.