Un gran hotel este Palafox, situado en una calle pequeña y tranquila, fea por fuera pero muy cerca del mismo centro de la ciudad. Es un 5* con una apuesta definida por el estilo aragonés en su interior: ladrillo vista, ferretería en ventanas y barandillas, cerámica,...La atención en recepción inmejorable. Ibamos un grupo de 10 personas y aunque llegamos a las 10 de la mañana ya pudimos ocupar las habitaciones (también es verdad que el día anterior les puse un correo, pero sigue siendo un gran detalle). Los cuartos son amplios, cómodos, con un televisor de plasma de tamaño impresionante, camas grandes con varias almohadas diferentes, buenos armarios. El baño también espacioso, un poco justo en los adminículos de tocador, pero supongo que si pides alguna cosa la tendrás al momento.
El desayuno bufé de los mejores que he tomado en mi vida: abundante, de calidad, potenciando también los productos de la tierra (longaniza de Graus, jamón de Teruel. Trenza de Almudévar), pero sin caer en localismos (también había jamón ibérico, panceta, salchichas,...). El servicio en el comedor de matrícula de honor: nos prepararon una mesa para que pudiéramos desayunar juntos, constantemente venían con el café, huevos al gusto a petición del cliente, pedimos cava y nos trajeron la botella y las copas,...
Si además añadimos que el hotel dispone de un bar (Coraceros) de estética impecable, servicio atento y profesional y precios muchos más asequibles en las copas de lo que suele ser habitual en este tipo de establecimientos,..., pues nos encontramos ante uno de los hoteles con mejor RCP que he estado en mi vida. Otra vez no dejaré de ir a su restaurante, el Aragonia Paradís, muy bien puntuado en el foro.
Hice la reserva con mucho tiempo, y el precio corespondiente a una oferta,....100€ la doble con desayuno, que visto lo visto resultó un verdadero regalo. Enhorabuena para todo el personal del Palafox.