Situado muy cerca de Puigcerda esta enclavado en un edificio modernista de principios del Siglo XX , el cual ha sido perfectamente restaurado , dandole una sensacion de calidez e intimidad. En los espacios comunes hay que destacar la maravillosa escalera que da acceso a los pisos superiores y las vistas hacia el jardin posterior del hotel y las montañas del Pirineo que se disfrutan desde el comedor grande. El resto de los espacios comunes tienen sofas y sillones comodos con decoracion moderna , pero han logrado una cosa dificil : Que a pesar de su decoracion actual, no se ha perdido un apice de la esencia del Modernismo de esta casa noble.
Estuvimos en la suite 3 con dimensiones enormes , muchos ventanales y con vistas , incluso desde el baño, de toda la cadena montañosa y los prados. Baños amplios y comodos. Camas de tamaño grande muy comodas.
Alejada de la casa una piscina con mucha intimidad y sensacion absoluta de paz y tranquilidad.
Desayunos corrientes, siendo quizas el punto mas flojo del hotel. Como contrapartida , es de los pocos hoteles que puedes desayunar a la hora que quieras. No hay limite en ese aspecto.
Extraordinario servicio hacia el huesped. Atento, educado, profesional, servicial y presto a hacer tu estancia lo mas agradable posible.
Es sin duda, un autentico Relais Chateau, siendo muy superior a muchos hoteles franceses pertenecientes a esta cadena. Cumple las cinco C que son seña emblematica de R&C