Uno de los mejores que he estado, sin duda. Inaugurado recientemente en un edificio que fue fábrica antiguamente, de sólo 2 plantas con una gran patio-jardín central. Llovía a mares cuando llegué y a abrirme la puerta del taxi con un paraguas acudió solícita una recepcionista. De ahí en adelante todo fueron detalles y un trato con el huésped exquisito, de los mejores en atención, corrección y amabilidad que he recibido nunca. Tuve un poco de problema con la entrada, pues no aparecía por ningún sitio mi reserva, y todo el rato estuvieron pidiendo excusas por la tardanza en este trámite. Desconozco si ese fue el motivo por el que me pusieron en una habitación especial ("starwood preferred guest"), que era una preciosidad, con una amplitud y servicios excepcionales, tanto en la zona de la cama como en el baño: enorme, WC, ducha y bañera independientes, albornoz, zapatillas, etc,...
A esto añadimos que sin cargo pude utilizar la zona de piscina y sauna, situada en el -1, también muy sugerente.
Señalar que en la zona de restauración disponen de una buena oferta de vinos nacionales y extranjeros, tanto por copas como en botella, muy caros eso sí. Como era jueves había jazz en directo, otro acierto más del hotel.
El desayuno el habitual en este tipo de establecimientos, tipo bufé y te hacen en el momento los huevos de la manera que pidas.
La decoración de las habitaciones y zonas comunes preciosa, clásica y con muebles de muchísima calidad.
A todo lo anterior añadir lo que señalaba al principio: la atención del personal, extranjero en su mayoría pero con muy buen dominio del castellano, absolutamente excepcional.
Con buen tiempo tomar una copa en el jardín tiene que ser una delicia.
En resumen: hotel que se sale de lo común.
Despres de llegir el comentari anterior queda molt poc a dir,l'entorn creat es molt agradable i es cert que no creus estar en el centre d'una ciutat,les habitacions molt grans,la nostra donava al jardí,i totalment equipades.Un defecte, el Spa que només te la piscina i el turc no hi han xorros,ni banyeres etc. El desdejuni molt bó i el tracte genial,per repetir.
El hotel está en el edificio modernista de La Lanera construido a principios del XX. Se reformó todo excepto la fachada que se rehabilitó. Su situación es muy buena teniendo muy cerca la Ciudad de las Artes, el campo de fútbol de Mestalla, o el centro de la ciudad. Habitaciones muy amplias, con decoración clásica, elegante, con mucho gusto como el resto de las instalaciones. La lencería acorde a su magnifica cama king size. Se dispone de zapatillas de cortesía, albornoz y un completo pack de amenities en el bonito cuarto de baño, con ducha separada de la bañera.
El hotel dispone de dos restaurantes Rosmarino y Oscar Torrijos, un bar con piano que hace las tardes muy amenas, un Spa (Caroli Wellness Center) con una piscina terapéutica de 25 m² de agua salada e ionizada, sauna, hamman, solarium etc, un bar lounge “H-Club” con un ambiente relajante, agradable música y una buena coctelería hasta altas horas de la noche y un espectacular patio interior de casi 2000 m2 con pérgolas y fuentes donde se disfruta de una copa al anochecer mientras hueles a naranjos limoneros, laurel, olivo, geranios, hierbabuena, romero, con preciosas palmeras, buganvillas… en fin, te hace sentir que no estas en la ciudad de valencia sino en una finca en mitad del campo.
Trato cordial en todas sus instalaciones.
Desayuno continental bien servido y surtido.
Relación calidad precio muy buena.