Reservamos "sobre la marcha", nunca mejor dicho, pues lo hicimos desde el coche, ya cerca de Salamanca. Queríamos llegar hasta Cantabria (desde Portugal) pero se nos hizo tarde, de ahí la improvisación.

Éramos matrimonio y dos hijas y por internet del móvil surgió la posibilidad de una "habitación cuádruple" en el casco antiguo de Salamanca a precio razonable. Era mediados de agosto, así que no miramos mucho más.

No teníamos más referencias, nos costó llegar pues con el coche está complicao, no te puedes acercar mucho. La calle era muy chula, muy "Salamanca que enhechiza", pero no vimos más allá de la calle. El hall no nos dijo nada, era muy pequeño. Ascensor hasta la última planta, entramos en la habitación y...

Primer ¡shaaaaaaaaaazú!: era monísima, reformada con mucho gusto, modrrna, como con dos habitáculos uno con cama de matrimonio y otro con literas...

Segundo ¡shaaaaaaaaaazú!: abrimos la ventana y había una terracita... ¡sobre la mismísima Plaza Mayor de Salamanca! Impresionante, vaya sorpresa más morrocotuda nos pegamos.

Muy bien.

Muy bien,situacion perfecta,habitacion confortable,ibamos con dos niñas y estuvimos muy comodos,se agradece el ordenador con conexion a internet,la atencion del personal muy buena,el desayuno muy bueno aunque el zumo de naranja no estaba a la altura.
como negativo pondria que el hotel no dispone de parking propio por lo que al ser zona peatonal el desplazamiento desde el parking con maletas y niñas es una aventura,tambien vimos una cucaracha en la habitacion,¿casualidad?