Un hotel opuesto al clasicismo castellano casi medieval habitual de la red de paradores. Aquí es un edificio de nueva construcción, alejado de cualquier población en medio de la montaña  en la que se integra perfectamente por estar excavado en ella y con cubierta vegetal para acabar de camuflarlo. Situado en el lado de una pequeña cala a la que se accede mediante un sendero y un buen desnivel quedando casi como una playa privada que a su vez la separa de Muxía en la otra punta de entrada de la cala, dejando una auténtica postal desde las habitaciones.

Todo es moderno con un diseño innovador pero sin estridencias desde la recepción a los pisos (en realidad sótanos porque no se sube, se baja) con las habitaciones alineadas en cada piso con vistas al mar; el acceso no se hace en ascensor sino en un par de inclinados.

Hay, tras la entrada vallada, un espacio de aparcamiento al aire libre además de otro subterráneo gratuito de acceso muy fácil y amplias plazas.

Las habitaciones son de diseño de alto nivel bien decoradas con  Un amplio balcón de cristal permite salir especialmente para ver amanecer (muy recomendable). La armariada está a la vista tanto estantes con colgadores de perchas dando más amplitud y visibilidad. Una buena tele y mesa de trabajo completan una muy moderna y agradable habitación estandar (especiales aparte) que parecen, desde el pasillo, ser todas iguales incluso con la misma orientación.

El apartado del baño merece premio en decoración, con una bañera de película fuera del baño y sita en la propia habitación aunque separada por un vallado semicircular y el lavabo dejando en otro apartado el inodoro y la ducha, también hay ducha, perfecta actual con buena presión (va hacia abajo con lo que no precisa esfuerzos de presión) y buen grupo de ducha. Por poner alguna pega el suelo de la ducha es un poco resbaladizo y la toalla en el exterior a modo de decoración hace que mojes la entrada de la habitación si no tienes la precaución de entrarla previamente.

Hay también piscina exterior con agua climatizada y un spa maravilloso con vistas exteriores. la piscina está a la salida de la cafetería y con una pequeña terraza y un pequeño espacio con sombrillas para el sol de la tarde.

El desayuno mantiene la calidad y variedad propia de la red aunque en un lugar de este nivel de calidad y de este precio merecería una mejor bollería (especialmente el croissant) y un zumo de naranja natural que tienen otros paradores de menor nivel. El espacio físico también tiene amplios ventanales a la cala y Muxía.

Un gran acierto en todos los aspectos: modernidad, ubicación, nueva construcción, decoración, servicio, complementos (spa), posibilidades de actividades, etc.