La Posada El Abuelo de la Cachava está ubicada en el barrio Los Corrales del pueblecito de Gajano en la Marina de Cudeyo, en una zona rural  muy tranquila, rodeada de campos y  villas, muy cerca de la Bahía de Santander, ciudad que se encuentra a solo15 km en coche y a algunos menos en barco desde el puerto de Pedreña, tan solo a 6 Km de la posada.

Su situación permite, a los amantes del senderismo, recorrer a pie toda la bonita zona costera de la bahía, desde el Puerto de Pontejos hasta Pedreña y más... y es un buen punto de partida para visitar en pocos kilómetros toda la costa oriental y la zona sureste de Cantabria.  En esta Comunidad, las distancias no son muy largas y se puede llegar de este a oeste y de norte a sur en poco tiempo, pero nosotros preferimos dividir  la región en dos zonas, con un alojamiento en la Costa occidental, y otro en la zona oriental, para poder  así disfrutar con mas profundidad de la esencia de sus gentes y de sus paisajes.

La Posada dispone de 14 habitaciones, todas diferentes, entre estándar,  suites y grandes suites. Esta decorada con mucho gusto, la decoración es moderna, hay conexión WiFi en todo el hotel y dispone también de ascensor, de una terraza cubierta y de un gran parking exterior. En la plata sótano, hay un pequeño SPA para los clientes,  con duchas, pequeña piscina con chorros, sauna, jacuzzi y camas calientes relajantes.

Nosotros estuvimos alojados en una suite de unos 35 m²,  con una cama king size de muy buena calidad,  con un salón con un sofá convertible , amplio cuarto de baño con ventana al exterior, bañera de hidromasaje   y una terraza de unos 10 m² con dos sillones y una mesita, desde donde se podía contemplar un bucólico paisaje . El WiFi fue de muy buena calidad. Teníamos además una TV plana, un pequeño frigorífico con dos botellines de agua que renovaban gratuitamente cada día, un escritorio y un armario, un espejo de cuerpo entero, diferentes amenities y secador de pelo en el baño, calefacción y climatización autorregulables. Buena insonorización. A veces se oye algún que otro avión pero no generan molestias. Ah y olvidaba los albornoces y las toallas para el SPA. y decir que la limpieza es diaria. Si hubiera algo que mejorar, decir que en el cuarto de baño haría falta un espejo de aumento, petición que transmitimos a la responsable, que nos dijo que estaba previsto instalarlos proximamente.

A nuestra llegada, nos recibieron con unos bombones de chocolate y una botella de cava en la habitación. El servicio, que es llevado a cabo por  los mismos propietarios del hotel, las hermanas Gema y Lourdes y los fines de semana además ayudadas por su hermano Diego, en el comedor de los desayunos, es extraordinario. Excelente trato que te hace sentir como si fueses un cliente único. Atención y servicio, simpatía, amabilidad y me dejo aun adjetivos... es lo que caracteriza a este trío de hermanos. Es de destacar el perfecto dominio del francés.

Los desayunos, merecen una mención aparte. Bueno y copioso buffet con buena variedad de preparaciones y productos en la parte salada y en la dulce y con una mención especial a la excelente repostería casera que prepara Lourdes con esmero y que cambia todos los días. En la Posada no preparan ni comidas ni cenas, pero hay buenos restaurantes a poca distancia en coche.

La cuenta ascendió a 135 €/noche en régimen de alojamiento y desayuno. Muy buena RCP. Buen establecimiento, buen standing, excelente trato y buena situación. Muy recomendable. Cuando volvamos a Cantabria volveremos.