Costa Vella es un pequeño y modesto hotel familiar en Santiago de Compostela. ¿Pequeño? Sí... por tamaño. ¿Modesto? Sí... porque son dos estrellas. Por lo demás es un fabulosos hotelito con encanto donde todo el mundo va a intentar hacer que te sientas cómodo, relajado y feliz desde que llegas.
Habitación abuhardillada en la planta superior con escritorio, TV plana de buen tamaño, armario suficiente. Cama de matrimonio cómoda con almohadas y colchón firmes. Cuarto de baño pequeñito con ducha con mampara y tragaluz que da suficiente luz natural.
El hotel cuenta con tres galerias muy acogedoras. Una primera en la planta baja, en la cafetería, donde sentarte a tomar algo, desayunar, una copita de godello... Una segunda galería en la primera planta, exclusiva para los clientes, donde puedes desayunar muy relajadamente. Una tercera en la segunda planta que hace las veces de biblioteca.
Precioso jardín interior donde va medio Santiago a tomar algo.
Desayuno incluido en el precio de la habitación. Todas las mañanas desayunábamos un zumo natual de naranja, café, queso y tostadas con aceite, mantequilla, mermelada... Pero también nos ofercían bollería.
Mi más sincero agradecimiento a Rober por sus consejos sobre qué visitar, dónde comer... Gracias a Susana por su amabilidad y su simpatía, Gracias a Toño por ser el director de este cotarro.

Volveré a Santiago y me alojaré en vuestra casa.