Situado en el centro de Berlín en el barrio de Mitte, se situa este coqueto, moderno y hotel tan cool. A un kilometro escaso de Alexander Platz y a escasos 50 metros de una parada de metro, localización excelente.

El hotel es un hotel moderno, joven, desenfadado, cool, me encantó su decoración elegante casi todo en negro, incluido uniforme del personal del hotel, que por cierto era muy amable aunque nadie entendía ni papa de español, bueno con el inglés nos apañamos.

La habitación, limpia, excelente limpieza diaria, cama muy cómoda, calefacción y aa, minibar, caja fuerte, habitación pequeña pero funcional con el lavabo fuerta del espacio de baño, ducha y wc separados, todo muy bien pensado. Estupenda ducha acristalada, muy cómoda.

Optamos por incluir el desayuno durante nuestra estancia, lacteos, bolleria, zumos, cafes, embutido, fiambres, fruta, yogures con 1000 acompañamientos, todo rico y fresco, lo peor el zumo de bote.

Hotel muy recomendable tanto como por su situacion como por los servicios prestados.