Añado comentario sobre este hotel, a los emitidos recientemente tras mi experiencia, de al menos, haber pernoctado en el mismo unas cinco veces en los últimos 10 años, la última en la noche de este martes, día 24 de marzo.

Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores y quiero puntualizar, los motivos que me ha llevado a ser mi hotel de referencia en la ciudad de Ávila.

Ubicado excelentemente, pues está cerca de todo andando.
Un claustro muy bien cubierto con toldos, rehabilitado de buena manera, amplio y muy agradable tanto para tomar algo, o incluso en una zona del fondo, la habilitan como comedor de su restaurante.
Las habitaciones con un buen tamaño y con todo lo esperable en un restaurante de este tipo.

Dos detalles ligeramente negativos:
No hay una buena insonorización en las habitaciones.
Los ascensores en sus paradas son realmente bruscos.

Así y con todo, creo que seguirá siendo mi hotel de referencia en la ciudad de Ávila.

En esta ocasión fueron 65 euros habitación doble sin desayuno.

Hotel que acaba de ser descrito y que casi cogió el relevo de mi habitación.
Suscribo los comentarios anteriores si bien añado alguno propio:
la habitación tiene una mesa de trabajo muy correcta lo que se agradece si no estás de turismo. El tamaño no es grande pero sí muy adecuada, en mi caso con una gran cama de matrimonio. El baño es amplio, bien de amenités aunque con poca renovación diaria.
La decoración tipo castellana redecorada en versión verde pastel.

El patio central merece la pena de visitarse aunque no estés alojado, los salones de trabajo muy bien aunque el hall es pequeño y se nota las ampliaciones que obligan a desplazamientos de ascensor y esacleras tipo laberinto.

El desayuno un zumo de naranja sobresaliente y buen café. De comida en nivel medio alto.
Muy de agradecer que existe un desayuno de bollo, zumo y café que no te obliga a pagar desayuno completo.

La ubicación la mejor: el mejor palacio que queda en el centro de la ciudad.

Este pasado puente en Madrid aprovechamos a ir a este hotel. 2 noches con una niña pequeña de 2 años. La situación del hotel es inmejorable, junto a la catedral.
La habitación, aunque un poco alejada y teniendo que subir y bajar escaleras. Habitación grande, con moqueta, muy buena calefacción. Cuna en la habitación. Baño grande y bien puesto. Tele no muy grande y lo que más me fastidia es que ponen almohadas casi tan gruesas como un folio. Pides otra y te la ponen.
El desayuno sin ser la de un hotel de playa es suficiente. Quizás algo escaso de bollería. Muchos bizcochos pero pocos bollitos.
En la entrada, el patio central acoge al restaurante y cafetería. Muy bonito como está puesto. Sillones y mesas. Cenamos dos veces y bastante bien. Ensaladas, sandwiches, hamburguesas y unas croquetas de cecina muy muy ricas.
Parking suficiente y eso que nuestro coche es grande. Llegamos de los primeros y a medio dia estaba lleno. Plazas para coches grandes. 16 euros al día. La zona azul es muy barata pero lejana. Nos dejaron tener el coche en el parking hasta que nos fuimos, pasadas las 3 de la tarde.
En resumen está todo muy bien quizás el precio es lo que casca. El lunes cuando nos íbamos dieron precio de una habitación a unos clientes y eran 55 euros. El finde sube mucho.