Tras comer o cenar más de cincuenta veces en restaurantes de tres estrellas Michelín y, al menos, cien veces en restaurantes de dos estrellas, uno ya va sabiendo en qué basar el criterio propio.
Sé perfectamente que los criterios que fundamentan mis valoraciones son estrictamente personales, pero yo no me atrevería en ningún caso a calificar la opinión de los demás como "sospechosa" porque no coincida con la mía. Resulta ofensivo.
Si Can Fabes me parece un restaurante con una relación calidad precio estupenda es porque en otros restaurantes de tres estrellas he pagado mucho más por ofrecerme la felicidad que siempre he encontrado en la casa del Sr. Santamaría. Por poner ejemplos: Alain Ducasse París, 400 € por persona; Alain Ducasse Montecarlo, 330 € pp; L'Ambroisie (Paris), 310 € pp; Le Calandre (Padova), 280 € pp; Guy Savoy (Paris), 400 € pp; Enoteca Pinchiorri (Firenze), 350 € pp; Masa (New York), 400 € pp; y así podría seguir hasta mencionar muchos.
También he calificado con un 10 al restaurante Martín Berasategui de Lasarte del que pienso que también ofrece una experiencia gastronómica muy superior a lo que se paga por ella.
La máxima calificación no está vedada; Robert Parker valora con 100 puntos sobre 100 a muchos vinos que considera merecen tal calificación. Respetemos la opinión ajena sin descalificarla.