Jajaja, el temita tiene su cosa, tiene su cosa... Resulta inexplicable desde nuestro punto de vista, y resulta aún más complicado comprender cómo estas prácticas perviven en restaurantes tan cosmopolitas como éste que nos ocupa, en el que la mayoría de clientes son alemanes, holandeses, americanos...
Oye, ¿sabes que acaban de nombrarlo Mejor restaurante del Mundo?
Justo un año después de visitar la Osteria y escribir este post.
Un abrazo