No he tomado nunca lamprea y hay dos causas, una que es que cuando he preguntado a alguien que lo ha hecho, no me ha sabido encandilar (y por tanto no he ido a por ella) y por otra, porque en esta tierras no las hay.
Cuando estaba leyéndote dos ideas me han asaltado: tú con la lamprea y tu hija con una merluza que, aunque estuviese a la gallega, es un pescado muy fino. Y la otra es, cuando dices que “se te entregó” a partir del cuarto bocado, he pensado que quizás, o te anestesia los sentidos o te crea dependencia.