Esos caracoles son muy típicos en Cataluña. Los auténticos los hacían los campesinos los días de lluvia que como no podían faenar se entretenían cogiendo caracoles. Entonces sin purgar ni nada se ponían sobre una lata a fuego vivo (da ahí su nombre, "cargols a la llauna), y le echaban un puñado de sal y pimienta.
Hay a quien no le gustan por la babilla verde que sacan al principio, pero luego ya se seca y no se nota.
Y efectivamente se acompañaban de un buen alioli.