Auténticos y divinos. Muchas veces nos volvemos locos con platos imnombrables, con mezclas imposibles y no nos damos cuenta que una cosa tan sencilla, sabrosa, tan nuestra, es uno de los mejores aperitivos que existen.
Yo no me resito, aunque debería, pero que diablos, un torrezno es un torrezno.
Saludos.