Yo el Vinum Vitae y el Ego Primus los cataría allí, es mejor para entenderlos, el primer trago me descolocó bastante, no encontraba la fruta que esas variedades nos dan y la madera no aparecía por ningún lado, además son redonditos, suaves y fáciles de beber, hasta que la chica que tenía enfrente dijo que olía a la piedra de la cueva no me centré.
Aquí en casa de momento he abierto el Ego y me pasó lo mismo, pero a mitad de botella no podía parar, se había quedado ese aroma en postgusto y no se iba, pero decidí guardar para el día siguiente la otra media botella y estuvo igual o mejor, ahora estoy esperando que llegue otra vez un día tierra para abrir el Vinum Vitae, este me acuerdo que si que tenía alguna nota torrefactada y algo de regaliz, ya subiré la nota de cata.
Son vinos suavecitos, la primera copa descoloca un poco. Yo lo abrí con un queso de cabra curado y unas nueces, pero terminé apartando las dos cosas, mas que nada porque no quería sentir bien esa humbría que te deja en retronasal, pero le van muy bien.
Un saludo.