Ese risotto estaba extraordinario, de verdad, uno de los platos del 2014. Y no podía ser más sencillo (aparentemente). Generoso de trufa, muy generoso, eso olvidé decirlo.
Fíjate qué casualidad que hoy hablando con una compañera que es de Huesca me ha dicho que iba a cenar al Lillas y que lo mejor era el risotto de trufa, que se lo iba a pedir. Por un momento he pensado que había leído mi valoración y me estaba vacilando, pero no, es que es así.
Feliz año, Joan!
Aurelio