Madre mía, no me pongas el listón tan alto, je,je,je.
La verdad es que fue una cata irrepetible e inolvidable. Se catarón desde 1998 hasta 2010, ambos incluidos y se pudo ver como evoluciona un Valbuena en toda regla. Además Xavier es un fenómeno, un gran erudito del vino y explica a la perfección cualquier cosa. Es amable y cercano y da gusto oirle.
El disfrute fue tremendo.
Un saludo.